El mundo del rock gótico y alternativo se viste de luto tras conocerse la triste noticia del fallecimiento de Perry Bamonte, quien fuera un miembro crucial y polifacético de la icónica banda británica The Cure. Bamonte, conocido por su habilidad para alternar entre la guitarra y los teclados, nos dejó a los 65 años durante las fiestas navideñas, tras una breve enfermedad.
La noticia fue confirmada por la propia banda en su sitio web, rindiendo un emotivo homenaje a su compañero:
«Es con enorme tristeza que confirmamos la muerte de nuestro gran amigo y compañero de banda Perry Bamonte, quien falleció tras una breve enfermedad en casa durante la Navidad. Tranquilo, intenso, intuitivo, constante y enormemente creativo, ‘Teddy’ fue una parte vital y de gran corazón de la historia de The Cure.»
Su partida deja un vacío significativo, no solo por su talento musical, sino también por el papel discreto pero fundamental que desempeñó en la evolución sonora del grupo a lo largo de las décadas de 1990 y principios de los 2000.
De técnico de Robert Smith a miembro esencial
El camino de Perry Bamonte hacia el centro de atención musical fue singular. Antes de unirse oficialmente a la alineación, ya era una figura indispensable detrás de bambalinas. Comenzó su carrera junto a The Cure trabajando como técnico de guitarras y asistente personal de Robert Smith, el líder y alma de la banda. Esta cercanía le permitió comprender la intrincada dinámica y la visión artística de Smith, preparándolo perfectamente para el salto al escenario.
En 1990, Perry Bamonte fue ascendido a miembro oficial, coincidiendo con una etapa de cambio significativo en The Cure. Su primera aparición en un álbum de estudio como miembro de pleno derecho fue en el aclamado Wish de 1992. La llegada de Bamonte, que a menudo tocaba la guitarra rítmica junto a Smith y añadía capas de teclado, ayudó a consolidar un sonido que era a la vez expansivo y melancólico, manteniendo la esencia gótica de la banda pero inyectando un toque más pulido y pop que les permitió un éxito comercial masivo.
En una entrevista de la época, Bamonte reflexionó sobre su transición de la logística del backstage a la creatividad del escenario:
«Ahora, soy uno de los primeros en ir a casa después de un espectáculo en lugar del último en irse. Es más sano, eso seguro. Además, en The Cure podemos añadir nuestras propias partes a la música: tempos, acentos… Creo que nuestro sonido es mucho más enérgico y ruidoso ahora. … Aunque somos individuos muy separados y distintos, hemos desarrollado una especie de mente grupal con la música. Estar en The Cure se parece mucho a la ciencia ficción.»
Una era de renovación sonora
La influencia de Bamonte se extendió a lo largo de tres álbumes de estudio clave. Tras el éxito de Wish, continuó aportando su talento en Wild Mood Swings (1996) y en la aclamada vuelta a las raíces oscuras de la banda con Bloodflowers (2000). Su versatilidad como multiinstrumentista fue vital para que la banda pudiera navegar las complejas texturas sonoras que caracterizaron estos discos, desde los momentos más ligeros y eclécticos hasta las baladas épicas y sombrías que definieron el regreso al sonido introspectivo de principios de siglo.
Sin embargo, en 2005, la relación de Bamonte con el grupo llegó a un punto final y fue despedido. Tras esta etapa, el músico se dedicó a una vida más tranquila y privada, enfocando gran parte de su talento creativo en el ámbito de la ilustración, demostrando que su arte trascendía el pentagrama.
El reconocimiento tardío y el adiós
A pesar de su salida del grupo, su legado no fue olvidado. En 2019, Perry Bamonte fue justamente reconocido e incluido en el Rock & Roll Hall of Fame junto a sus compañeros de The Cure, un testimonio de la importancia de su contribución durante casi dos décadas.
En un giro emocionante para los fans, Bamonte regresó brevemente a la banda en 2022, un reencuentro que, aunque efímero, subrayó los lazos duraderos que unían a estos músicos. Este breve retorno permitió a los seguidores de la banda apreciar una vez más su presencia escénica y su habilidad para tejer complejas atmósferas musicales.
El comunicado de The Cure concluyó con un mensaje de condolencia y un reconocimiento al profundo dolor que su ausencia provocará:
«Nuestros pensamientos y condolencias están con toda su familia. Se le echará mucho de menos.»
La comunidad musical pierde a un artista dedicado y discreto cuya presencia en The Cure fue fundamental para la configuración de algunos de sus trabajos más celebrados. La obra de Perry Bamonte perdurará en la rica y eterna discografía de una de las bandas más influyentes de la historia del rock.
Visto en: ultimateclassicrock.com

