Durante décadas, el mundo de la guitarra ha estado regido por estereotipos no escritos: las Les Paul eran para el rock; las Jazzmasters y Telecasters para el indie y el country; las Strats, para todo. ¿Y las guitarras puntiagudas? Esos instrumentos angulares y agresivos siempre estuvieron reservados exclusivamente para el metal. Pero si has estado prestando atención a los grandes escenarios de los festivales en los últimos años (desde Glastonbury hasta Coachella), habrás notado un cambio radical.
Una nueva generación de músicas está reclamando para sí estas formas agresivas, llevándolas a géneros donde nunca antes se habían visto. Este fenómeno no es solo una moda; es una poderosa declaración de subversión y empoderamiento.
Phoebe Bridgers y el catalizador de la Warlock
Podemos rastrear el inicio de esta tendencia hasta 2021. La guitarrista Phoebe Bridgers, una de las figuras más destacadas del indie melancólico, desencadenó una oleada de inspiración cuando destrozó una BC Rich Warlock al final de su actuación en Saturday Night Live. Este modelo, tradicionalmente asociado con bandas de metal y hard rock como Mötley Crüe, Slayer y Guns N’ Roses, jamás había sido empuñado con tanta visibilidad por una artista fuera de ese nicho.
Lejos de ser un simple truco publicitario, Bridgers continuó utilizando Warlocks casi exclusivamente, incluso como parte del supergrupo Boygenius. Pero no se detuvo ahí. Su audaz elección de instrumento demostró que estas guitarras eran más que reliquias del thrash metal; eran herramientas para hacer una declaración.
El dominio de los festivales
El impacto se sintió en 2023. En Glastonbury, Wet Leg, conocidas por su estética indie-pop, abandonaron sus típicas Telecaster de tonos neutros en favor de una presencia escénica más confrontacional. La líder Rhian Teasdale hizo el cambio definitivo a una peculiar BC Rich Warlock, pero en una versión de acrílico transparente de color verde lima.
El festival de Worthy Farm fue un escaparate para el nuevo movimiento. Hester Chambers, la otra guitarrista de Wet Leg, se presentó con el clavijero puntiagudo de la Kramer Jersey Star. Por su parte, Meg Mills de Turnstile impulsaba la reinvención del hardcore con su fiel Jackson Soloist rosa. Incluso en el escenario Pyramid, Arianna Powell, la guitarrista de Olivia Rodrigo, hacía lo propio con otra Soloist. Al finalizar el festival, quedó claro: esto es un cambio de paradigma, una desviación de los viejos arquetipos.
Más allá de la estética: la subversión de género
¿Por qué esta repentina atracción por las guitarras ‘metaleras’ en el pop? Para muchas artistas, es una forma directa de rechazar las expectativas de género sobre cómo deben sonar o verse.
Emily Smith, de la banda galesa Panic Shack, que inicialmente tocaba el bajo, se encontró con una Silvertone Apocalypse, la versión de cuatro cuerdas del modelo de Paul Stanley (KISS). Ella lo resume así:
Recuerdo haber escrito en Google: ‘Plateado. Brillante. Loco’. Si eres mujer, la gente asume que tocarás suavemente una guitarra acústica, te retraerás y no ocuparás espacio. Me encanta que estas artistas digan: ‘No, voy a por esa guitarra loca. ¡Quiero destacar!’. No son guitarras delicadas y monas. Es ‘mira mi asquerosa guitarra de rock’. Es repugnante y me encanta.
Durante años, el mercado intentó encasillar a las jóvenes guitarristas en opciones con formas suaves, como las guitarras Daisy Rock (diseñadas específicamente para mujeres, a menudo con formas de estrellas y mariposas). La adopción de instrumentos agresivos como la Jackson King V (usada por Willow Smith en Coachella) o las Warrior de siete cuerdas (usadas por Vixen, guitarrista de Halsey) es un rechazo directo a ser puestas en esa «caja» femenina.
La necesidad de drama en el pop
Para Vixen, esta elección de equipo no es superficial. El pop actual exige dramatismo, por lo que una guitarra con una estética impactante es esencial.
La escena pop requiere drama. Se trata de dinámicas, altibajos. Así que saquemos la V blanca, ¿sabes? Ya no tiene que ser: ‘Si estoy tocando este género, tengo que tocar esta guitarra.’ Es genial tocar algo diferente y hacerlo funcionar.
Esta mentalidad conecta con una verdad histórica: en los años 70 y 80, antes de que el shred y el metal las monopolizaran, estas guitarras ya se utilizaban en géneros diversos. Leyendas del jazz y la música de sesión, como Carol Kaye, tocaban BC Rich Warlocks, y el ídolo pop latino José Feliciano tenía su propia Jackson Soloist personalizada.
Reclamación y desintimidación
Tim Hillier-Brook, de la división de marcas especializadas de Fender (Jackson, Gretsch, Charvel), señala que el renacimiento actual no es irónico, sino una reclamación:
Los hombres han podido tocar guitarras durante treinta años simplemente porque podían. La idea de que necesitas un cinturón de balas para tocar guitarras puntiagudas ya no existe.
Este nuevo camino es crucial, ya que el sector sigue siendo intimidante. Un estudio de Fender de 2019 reveló que las mujeres constituían el 50% de los nuevos guitarristas, pero su estudio de 2022 señaló que muchas compraban en línea para evitar la intimidación de las tiendas físicas tradicionales. La artista Danielle Haim lo canta en su canción Man From The Magazine, relatando la frustración de ser menospreciada en una tienda de música:
Man from the music shop / I drove too far / For you to hand me that starter guitar.
Frente a este prejuicio, las plataformas digitales y los ídolos visibles se han convertido en salvavidas. Artistas con un seguimiento masivo como Willow Smith y Phoebe Bridgers normalizan el uso de estos instrumentos, haciendo que las nuevas jugadoras piensen menos en los «antepasados» de la guitarra y más en cómo el instrumento encaja con su identidad.
El uso de estas formas extremas se convierte en la máxima jugada de poder. Después de una década de batalla legal, Kesha regresó al escenario empuñando una Jackson Rhoads. Era la máxima declaración: re imaginar una guitarra diseñada para tocar con el mismísimo Príncipe de las Tinieblas (Ozzy Osbourne) como vehículo para celebrar su independencia artística en el pop.
Como concluye Emily Smith, para las artistas que ya están yendo a contracorriente:
Si eres mujer tocando la guitarra, ya estás haciendo algo fuera de lo común. ¿Por qué no apoyarte en eso?
Visto en: www.guitar.com

