Jimmy Buffett, el inolvidable cantante de éxitos como “Margaritaville” y “Come Monday”, nos dejó en septiembre de 2023 a los 76 años, víctima de un cáncer de piel. Tristemente, no pudo vivir para presenciar uno de los mayores honores de su carrera: su inducción al Salón de la Fama del Rock and Roll en octubre de 2024. Sin embargo, gracias a una revelación reciente de su amigo Kenny Chesney, ahora sabemos que Buffett estuvo, de hecho, muy presente en la celebración, aunque de una manera extremadamente inusual.
El invitado inesperado en el rock hall
La noticia surgió durante una entrevista de Kenny Chesney con Howard Stern el 2 de diciembre. Chesney, junto a otros grandes amigos de Buffett como James Taylor y Mac McAnally, había subido al escenario para interpretar “Come Monday” como un sentido homenaje al recién introducido. Lo que el público desconocía era que una pequeña parte de Jimmy Buffett se había colado literalmente en la fiesta.
Chesney relató que, mientras se preparaban entre bastidores, Mac McAnally se acercó a él con un objeto peculiar:
“Estábamos entre bastidores, sentados allí calentando, tratando de entender nuestras partes y esas cosas, y Mac se acerca a mí y me dice: ‘Mira esto’. Y era una pequeña urna, y tenía las cenizas de Jimmy en el bolsillo de su abrigo.”
Según el relato, McAnally portaba una porción de las cenizas de Buffett, cortesía de Savannah, la hija del músico. Las cenizas acompañaron a los artistas en el escenario mientras McAnally se unía al tributo musical a su difunto amigo. El gesto fue una manera profunda y conmovedora de asegurar que Buffett, el pionero del género Gulf and Western, pudiera estar allí en su gran noche.
“¡Juro por Dios que las cenizas de Jimmy estaban en el bolsillo del abrigo de Mac McAnally en el escenario con nosotros mientras era inducido al Salón de la Fama del Rock and Roll. Así que, incluso después de que falleció, Jimmy encontró la manera de unirse a la fiesta. Sabes, fue realmente, realmente interesante saber eso y fue un momento muy fuerte”, concluyó Chesney.
Un legado más allá de la música: el fenómeno parrothead
Jimmy Buffett no solo vendió millones de álbumes; él creó una cultura. Su música, caracterizada por un estilo relajado con influencias country, conocida como Gulf and Western, ofrecía una banda sonora de escape permanente. Este estilo se cristalizó en su base de seguidores increíblemente leal, apodados los Parrotheads (Cabezas de Loro), que asistían a sus conciertos ataviados con ropa tropical y sombreros extravagantes, transformando cada actuación en una auténtica fiesta de Key West.
La visión de Buffett se basó en una filosofía de vida tranquila, sol y cócteles, elementos que se desprendían de sus canciones. Su tema más famoso, “Margaritaville” (1977), fue el punto de inflexión de su carrera. Irónicamente, el productor de Buffett en aquel momento pensó que era una “idea terrible para una canción”, pero Buffett, usando su acústica Martin D-28 —que incluso tenía un dibujo de sirena aplicado por el pintor paisajista Russell Chatham— siguió adelante y la grabó. La canción, que narra un día de playa no tan bueno, se convirtió en un himno global de evasión.
Margaritaville: de canción a imperio empresarial
El verdadero genio de Buffett no residió solo en su composición, sino en su habilidad para capitalizar el estilo de vida que predicaba. “Margaritaville” se transformó en una marca multimillonaria, mucho antes de que el *merchandising* musical se convirtiera en un pilar de la industria. El imperio Margaritaville abarca ahora una vasta red de restaurantes, resorts, hoteles, cruceros y productos relacionados, permitiendo a sus seguidores vivir la fantasía tropical que Buffett había creado. Este éxito comercial, cimentado en la autenticidad de su música y su conexión con los Parrotheads, es una de las razones fundamentales por las que fue honrado póstumamente.
Su ingreso al Rock and Roll Hall of Fame no es solo un reconocimiento a sus logros musicales, sino un testimonio del impacto cultural que generó. La anécdota de Mac McAnally y la urna refuerza perfectamente el espíritu desenfadado y la capacidad de Buffett para aparecer donde menos se espera, haciendo de su inducción no un triste adiós, sino un último y memorable brindis.
Visto en: www.guitarplayer.com