La leyenda del rock británico, Ian Gillan, vocalista icónico de Deep Purple, ha compartido noticias que, aunque esperadas dada su trayectoria, resuenan fuertemente en el mundo de la música. A sus 80 años, Gillan ha revelado que su retiro de la banda «no está lejos» debido a serios problemas de visión. Esta declaración pone de manifiesto los desafíos que enfrentan incluso los artistas más longevos para seguir rindiendo al máximo nivel.
La lucha contra la pérdida de visión
Gillan, conocido por su potente rango vocal y su inigualable presencia escénica, habló recientemente con Uncut sobre su condición. Sus palabras son un testimonio de su resiliencia ante una enfermedad degenerativa.
«Es una de esas cosas. Solo me queda el 30 por ciento de la visión. Eso no mejorará. Hace la vida misteriosa. Lo más difícil es trabajar en mi portátil. No puedo ver nada en la pantalla a menos que use mi visión periférica; capto una línea mirándola de lado. Pero encuentras una manera. Te adaptas.»
Aunque el tipo exacto de afección ocular no se especifica, es común que a esa edad los músicos experimenten problemas como la degeneración macular o cataratas severas, condiciones que afectan drásticamente la capacidad de leer, conducir y, fundamentalmente, moverse con seguridad en un escenario poco iluminado. A pesar de esto, su enfoque en la adaptación y el uso de su visión periférica para tareas cotidianas, como usar una computadora, demuestra el espíritu indomable que lo ha mantenido en la cima del rock durante más de cinco décadas.
El espíritu incombustible de la edad
A pesar de lidiar con problemas físicos significativos, Gillan mantiene el sentido del humor característico del rock and roll. Bromeó sobre el proceso de envejecer, quitándole hierro a una situación que para muchos sería incapacitante.
«Es divertidísimo esto de envejecer. Es para reírse cada minuto. Bueno, a veces sí y a veces no. Camino por la calle y escucho que se cae algo – clang, ahí se fue otra cosa. Realmente nada ha cambiado aparte de que ya no puedo hacer salto con pértiga. Aparte de eso, las cosas se mueven un poco más despacio. Pero nada ha cambiado.»
Esta actitud contrasta con la realidad de que Deep Purple, una de las bandas fundacionales del heavy metal y el hard rock, sigue activa. La banda completó una enorme gira el año pasado y tiene programados una serie de conciertos puntuales en 2025, además de una gran gira europea confirmada para el próximo verano. La pregunta clave es cuánto tiempo más podrá Gillan mantener el rigor físico y vocal que exigen estos espectáculos.
La trayectoria: El corazón de deep purple mark ii
La historia de Ian Gillan con Deep Purple es compleja y fascinante, marcada por entradas y salidas que definieron varias de las eras más importantes de la banda. Su primera etapa, considerada la más clásica, comenzó en 1969, cuando se unió a la banda junto al bajista Roger Glover, ambos provenientes de Episode Six. Reemplazaron a Rod Evans y Nick Simper, inaugurando la formación conocida como Mark II.
Fue durante este período, de 1969 a 1973, donde Deep Purple grabó álbumes fundamentales que cimentaron su legado, incluyendo In Rock (1970), Fireball (1971), Machine Head (1972) y Who Do We Think We Are (1973). Canciones como «Smoke on the Water,» «Highway Star,» y «Child in Time» son sinónimos del hard rock de los 70, y la capacidad vocal de Gillan fue esencial para ese sonido potente y progresivo. Sus notas altas y su agresividad interpretativa lo establecieron como uno de los vocalistas más influyentes del género.
Tras una pausa y tensiones internas, Gillan regresó brevemente de 1984 a 1989, unificando nuevamente el legendario Mark II para el aclamado álbum de reunión Perfect Strangers (1984). Finalmente, su actual y aparentemente última etapa comenzó en 1992, continuando desde entonces y asegurando que su voz ha sido la firma dominante de Deep Purple a lo largo de las décadas.
Un futuro incierto y el adiós de las leyendas
La noticia de Gillan llega días después de que David Coverdale, quien lo reemplazó en Deep Purple antes de encontrar la fama duradera con Whitesnake, anunciara su propia retirada definitiva. Coverdale expresó su gratitud, señalando que «realmente es hora de que simplemente disfrute mi jubilación». Estos anuncios consecutivos subrayan una verdad inevitable: la generación dorada del rock clásico está cerrando sus capítulos.
A pesar de sus problemas de salud, Gillan mantiene una perspectiva pragmática sobre su permanencia en el escenario. «Creo que si pierdo mi energía, voy a parar», afirmó. «No quiero ser una vergüenza para nadie. No estamos lejos de eso. Se te acerca sigilosamente; realmente no te das cuenta.»
Para los fans, cada concierto restante de la gira europea de Deep Purple de 2024 y 2025 podría ser potencialmente uno de los últimos con su voz más representativa. Aunque la adaptación es la clave de su supervivencia en el escenario por ahora, Ian Gillan está preparando al mundo para un adiós que será un hito emocional en la historia del hard rock.
La longevidad de Gillan es extraordinaria. Seguir actuando a los 80, lidiando con una visión limitada, es un testimonio de su dedicación al arte y a la banda que él ha ayudado a definir. Su legado, sellado por álbumes icónicos y actuaciones electrizantes, permanecerá inalterable mucho después de que baje el telón por última vez.
Visto en: ultimateclassicrock.com

