Joe Bonamassa, el virtuoso del blues-rock, es conocido no solo por su prolífica carrera (con 11 álbumes de estudio en 2014 y cuatro nominaciones a los Grammy hasta la fecha) sino también por ser un consumado coleccionista y un experto en equipos. Sin embargo, su reputación como un “maestro supremo” en el manejo de instrumentos se consolidó de manera inesperada gracias a un vídeo viral que transformó la narrativa sobre su figura.
Esa lección, que a la fecha acumula más de 2.5 millones de reproducciones, se convirtió en un recurso fundamental para muchos músicos. Once años después, el bluesman ha revelado en el podcast No Cover Charge, con Tyler Larson y Jared James Nichols, que estaba totalmente desprevenido para filmarla. De hecho, su único deseo en ese momento era tomarse un martini y descansar tras un día agotador.
Un deseo frustrado por la obligación
El año 2014 fue crucial para Bonamassa. Acababa de lanzar su aclamado álbum Different Shades of Blue, un trabajo que consolidó su transición hacia un sonido más maduro y con mayor influencia del rock. Este lanzamiento se vio impulsado por su exitosa colaboración con Beth Hart en el disco Seesaw, que le valió su primera nominación al Grammy. Su agenda, inmerso en la promoción, era extenuante.
El músico se encontraba en John Henry’s, el famoso almacén de alquiler de equipos en Londres, Inglaterra. Su último compromiso parecía ser una charla con la revista Guitarist. O eso creía él. Bonamassa relata el momento con un suspiro de resignación:
“Habíamos tenido un día largo. Estaba allí con mi mánager de gira, Clay, y estamos en John Henry’s, y [los de Guitarist] dicen: ‘Está bien, ahora que terminamos con todo esto, nos prometieron una lección de media hora en cámara’. Yo dije: ‘Nadie me dijo eso’.”
El anhelado martini tendría que esperar. Bonamassa, profesional ante todo, decidió seguir adelante con la lección improvisada. Ante la presión, el guitarrista confesó que su objetivo era terminar lo más rápido posible, explicando que podría transmitir los conocimientos básicos en un instante, aunque la aplicación práctica dependiera del intérprete.
“Rápidamente se me ocurrió algo. Me inventé toda esa maldita cosa. Y luego fue uno de los primeros vídeos míos que se hicieron virales.”
La afirmación de no conocer tu propio instrumento
El equipo le había puesto en las manos una reedición de la Les Paul de Dickey Betts, con un amplificador convenientemente apartado. Bonamassa centró su atención en el instrumento que sostenía. Su objetivo: demostrar cómo la guitarra eléctrica (en este caso, una Les Paul, aunque el principio es aplicable a muchos modelos) es capaz de cambiar radicalmente su voz usando únicamente los controles de a bordo.
Bonamassa denominó a esta lección como “la afirmación de que no conoces tu propio maldito instrumento”. El error común de muchos músicos es depender exclusivamente de pedales de efectos o la configuración del amplificador para moldear el tono, olvidando el potencial inherente a los potenciómetros de volumen y tono de la pastilla.
“Te das cuenta de que todos los sonidos que tienes en tu cabeza pueden salir de esta pequeña cosa de aquí. Olvídate de estas [cuerdas/humbuckers]; se trata de cómo manipulas las perillas y cómo lo que escuchas aquí se canaliza a través de la guitarra”, explicó Bonamassa en el vídeo. En un clip de apenas tres minutos, demostró la capacidad de generar una plétora de sonidos sin necesidad de recurrir a un solo pedal externo.
Dominando el tono ‘woman’ y la versatilidad Les Paul
Durante la lección, Bonamassa demostró cómo recrear rápidamente el famoso “tono mujer” (woman tone) de Eric Clapton, un sonido grueso, cálido y nasal, que se logra principalmente bajando el potenciómetro de tono de la pastilla de mástil. Luego, pasó a realizar una convincente impresión de Wes Montgomery (un maestro del jazz conocido por su tono suave), un sonido limpio y brillante, y finalmente tonos de guitarra solista al estilo de Johnny Winter y Freddie King.
La rapidez y la claridad con la que Bonamassa pasa por estos estilos demuestran su absoluto dominio de la Gibson de un solo corte. Este enfoque subraya la idea de que la diversidad sonora no siempre requiere grandes inversiones en equipo, sino un profundo conocimiento del potencial de tu instrumento base.
Es interesante notar la evolución en las preferencias de Bonamassa. Aunque la Les Paul ha sido históricamente su modelo predilecto, recientemente ha elogiado la Fender Stratocaster como la “navaja suiza de las guitarras”, argumentando que supera a la Les Paul en versatilidad general. Esta declaración añade una capa de ironía a la viralidad de su vídeo de 2014, demostrando que su maestría va más allá de un solo modelo o fabricante.
Independientemente de sus preferencias actuales, el impacto de ese vídeo espontáneo, nacido del deseo de un martini, consolidó la imagen de Joe Bonamassa no solo como un artista excepcional, sino también como un educador involuntario que inspira a músicos de todo el mundo a redescubrir el potencial inexplorado que tienen literalmente en sus manos.
Visto en: www.guitarplayer.com

