La pregunta flota en el ambiente musical desde hace años: ¿Ha muerto la música rock? Esta cuestión suele resonar especialmente en las mentes ajenas al próspero universo del rock actual, o, como señala Wolfgang Van Halen, aquellos cuyos repertorios musicales se limitan a bandas de rock que ya pasaron su apogeo.
Recientemente, Lzzy Hale de Halestorm sugirió que Wolfgang y su banda Mammoth eran los llamados a “salvar el rock and roll”. En respuesta a este cumplido, el multiinstrumentista se sinceró con Ultimate Guitar, calificando el comentario de Hale como un «gesto muy dulce», pero firme en su convicción de que el rock no necesita ser salvado en absoluto.
El rock no necesita salvadores
Wolfgang Van Halen no escatima elogios para su colega, pero rechaza la premisa fundamental. «Lzzy es maravillosa. La quiero mucho. Es increíble y una ‘badass’ por derecho propio. Pero no creo que el rock necesite ser salvado», afirma. Su argumento es claro y conciso: la gente que declara muerto al rock quizás solo está buscando en el lugar equivocado, o simplemente no está abierta a escuchar material nuevo.
«Rock isn’t dead. Rock is very much alive. I think anybody who says that is maybe just looking in the wrong place, or isn’t open enough to listening to new stuff. At the end of the day the people say rock is dead just wanna listen to Kiss, and that’s about it.”
Este comentario de Wolfgang toca una fibra sensible: el dominio de las «bandas legado» en la conversación popular. Si le preguntas a un fanático de la música que solo escucha rock ocasionalmente cuáles son sus bandas favoritas, es probable que la respuesta incluya nombres como Kiss, AC/DC o Guns N’ Roses. Existe una tendencia humana, acentuada quizás con la edad, a aferrarse a la comodidad de lo conocido, relegando el descubrimiento de nuevos sonidos.
Un género vibrante más allá del mainstream
Si bien es cierto que el rock quizás ya no ocupa el primer plano comercial que tuvo en los años 80, superado por el pop y el hip-hop en las listas de éxitos globales, su vitalidad no puede negarse. La escena underground y alternativa está más activa que nunca. La infraestructura musical actual, dominada por el streaming y las redes sociales, permite que géneros de nicho florezcan sin necesidad de la aprobación masiva del mainstream.
Contrariamente a la narrativa de la «muerte del rock», la última década ha visto el ascenso de bandas que demuestran la evolución y diversidad del género. Artistas como Greta Van Fleet (con su sabor retro), Dirty Honey (manteniendo vivo el sonido clásico), Måneskin (trayendo un aire glam rock con atractivo pop), o las propuestas más pesadas y progresivas como Ghost, Spiritbox y Turnstile, prueban que hay una base de fans ansiosa por nuevas propuestas.
El desafío, como bien sugiere Wolfgang, podría ser más un problema de marketing que de contenido. ¿Cómo se recluta a los oyentes casuales hacia esta escena vibrante que no siempre está en la cúspide de las listas globales? Los verdaderos fans del rock saben que no está muerto; la tarea es convencer a los «outsiders» de que dejen de escuchar únicamente los grandes himnos de estadio del pasado.
Mammoth: Forjando un camino propio
Wolfgang Van Halen, a pesar de la inmensa sombra de su ascendencia como hijo del legendario Eddie Van Halen, ha logrado forjar un nicho musical completamente propio. Su banda, Mammoth WVH, no es solo un vehículo para su talento multinstrumental (Wolfgang escribe, toca y canta todo el material en el estudio), sino una declaración de independencia artística.
La banda ha cosechado una recepción positiva con sus dos primeros álbumes: Mammoth (2021) y Mammoth II (2023). Estos trabajos han demostrado que Wolfgang tiene una voz y un estilo compositivo distintivos, equilibrando el hard rock moderno con melodías pegadizas y complejas estructuras musicales. Esta semana, la banda se prepara para lanzar su tercer álbum, The End, consolidando su lugar en el panteón del rock moderno.
El momento en que se dio cuenta
El hecho de ser hijo de una leyenda plantea desafíos únicos, incluida la realización tardía de la magnitud de la fama de su padre. En una entrevista reciente con Guitar.com, Wolfgang compartió una anécdota conmovedora sobre el momento en que comprendió que Eddie Van Halen era «un gran problema».
“There was a benefit I played in fourth grade where I played drums and my dad played guitar. I remember, we went out to the car afterwards and some guy came up and asked him to sign something,” recordó Wolfgang, antes de relatar un encuentro más revelador. “He left, then he put on a different shirt and came back. I think – in moments like that, seeing that sort of desperation – I was like, ‘Oh, yeah, my dad’s probably a big deal, huh?’”
Esta realización tardía subraya cómo Wolfgang pudo desarrollar su propia identidad sin estar inicialmente abrumado por la fama. Ahora, con The End, que saldrá a la venta este viernes 24 de octubre a través de BMG, Mammoth WVH no solo contribuye a la salud continua del rock, sino que también establece firmemente que la nueva generación está lista y no necesita la aprobación, ni la salvación, de nadie más. El rock vive, y tiene a Wolfgang Van Halen en primera línea demostrándolo.
Visto en: www.guitar.com

