Warren Haynes, conocido por su trabajo fundamental con Gov’t Mule y The Allman Brothers Band, no solo es un maestro del rock sureño y el blues, sino también un coleccionista de historias fascinantes ligadas a sus instrumentos. A lo largo de su carrera, la Gibson Les Paul ha sido una pieza central en su arsenal, pero una versión en particular tiene una historia de origen tan única que culminó en la creación de un modelo que la compañía no ofrecía en ese momento: la Les Paul de 12 cuerdas.
El nacimiento inesperado de la les paul de 12 cuerdas
La historia se remonta a 1990, durante una actuación en el Ryman Auditorium en Nashville. En aquella época, si Haynes necesitaba una 12 cuerdas, recurría a una Epiphone con forma de 335. Su elección accidentalmente llamó la atención de las personas adecuadas en Gibson.
Haynes relata la anécdota en una entrevista con Guitar Player, explicando que Rick Gembar, entonces jefe del Gibson Custom Shop, estaba en el concierto.
“Rick Gembar estaba en el show y sentado junto a uno de sus empleados. Yo toqué una Epiphone de 12 cuerdas… y Rick se giró hacia su empleado y le dijo, medio en broma: ‘Uh, ¿qué demonios está haciendo Warren tocando una Epiphone?!’”
La respuesta de su colega fue directa: “Bueno, no hacemos una Les Paul de 12 cuerdas”. Gembar, con la visión de negocio instantánea de un jefe de Custom Shop, replicó: “¡Ahora sí la hacemos!”.
Poco después, Gembar abordó a Haynes con una propuesta irresistible: “Warren, si guardas esa Epiphone, te construyo una Les Paul de 12 cuerdas”. Haynes aceptó de inmediato. Gibson le entregó dos ejemplares únicos ese mismo año. Aunque el modelo no se unió oficialmente a la línea de producción de Gibson hasta 2012, Haynes disfrutó durante más de dos décadas de un instrumento único en su tipo, demostrando cómo las necesidades de los músicos profesionales a menudo impulsan la innovación de los fabricantes.
Las particularidades sónicas de la les paul de 12 cuerdas
A diferencia de las guitarras de 12 cuerdas más comunes, como las Rickenbackers o algunas Epiphones, que están diseñadas para un sonido brillante y etéreo, la Les Paul de 12 cuerdas de Haynes conserva el grosor y la pegada del sonido característico de Les Paul.
Haynes explica que su modelo de 1990 es particularmente pesado y tiene un clavijero enorme, lo que contribuye a su tono robusto. Para equilibrar la pesadez natural del sonido Les Paul, su guitarra incluye una característica crucial: un interruptor coil-tap que convierte las humbuckers en pastillas de bobina simple, logrando un sonido más brillante y aireado cuando es necesario. Haynes utiliza ambos sonidos en sus grabaciones, destacando el modo de bobina doble para un timbre más “ronco, blusero y pesado”. Esta versatilidad se escucha en temas de Gov’t Mule como “Railroad Boy” y “So Weak, So Strong”.
Tocando la historia: las hachas icónicas de otros maestros
La carrera de Haynes también le ha brindado la oportunidad de tocar algunas de las guitarras más importantes de la historia del rock. Recientemente, durante un concierto en Chicago junto a la Tedeschi Trucks Band, tuvo acceso a una colección inestimable.
La “yardburst” de jeff beck
Una de las joyas que tocó fue la Les Paul “Yardburst” de 1959, que perteneció a Jeff Beck. Haynes tocó con ella una versión de “Freeway Jam”. Lo fascinante de esta guitarra es su alteración histórica. Originalmente, las ’59 venían con las codiciadas pastillas PAF, pero Beck, buscando un sonido distinto, las reemplazó con pastillas de los años 60. Haynes comentó:
“Me dijeron que Beck aparentemente quitó las pastillas originales y las reemplazó con pastillas de los años 60, por lo que suena diferente a una ’59 normal, en gran parte debido a eso. […] Supongo que estaba buscando sonidos un poco diferentes. Las pastillas de los 60 probablemente tienen un rango medio un poco más agresivo o algo así”.
Este tipo de modificaciones eran comunes en una época en la que los músicos priorizaban el sonido sobre el valor de colección, buscando timbres que se adaptaran a sus estilos emergentes.
El prototipo de doug irwin: la #24
Haynes también tuvo el privilegio de tocar la Doug Irwin #24 (a veces llamada Ruby), una predecesora vital de las legendarias guitarras de Jerry Garcia (Tiger, Wolf y Rosebud). Doug Irwin fue un constructor visionario cuyo trabajo definió el sonido de Garcia en Grateful Dead, integrando electrónica compleja y maderas exóticas.
La #24 aún poseía un tono que recordaba a una Gibson, lo que Haynes describe como un punto intermedio entre el sonido robusto de una Les Paul y el tono de “alta fidelidad” de las guitarras definitivas de Garcia, como Tiger. Haynes ha tocado tanto a Wolf como a Tiger, instrumentos que, según él, “instantáneamente suenan a Jerry Garcia”. La oportunidad de probar el prototipo que inició ese legado es un testimonio del profundo respeto de Haynes por la historia del rock.
El oro de eric clapton y duane allman
La lista de instrumentos históricos que Haynes ha tocado es impresionante, incluyendo la SG “Fool” de Eric Clapton de sus días en Cream y una Fender Stratocaster que Jimi Hendrix le regaló al productor Al Kooper. Sin embargo, su conexión con la historia de The Allman Brothers Band le ha dado acceso a instrumentos de la banda que son casi sagrados.
Haynes tuvo la oportunidad de tocar la Les Paul Goldtop de 1957 que Duane Allman utilizó para grabar el álbum Layla and Other Assorted Love Songs de Derek and the Dominos. Esta guitarra fue llevada al festival Crossroads Guitar de Clapton en 2013. El momento cumbre fue cuando el propio Clapton, al ver la guitarra en el camerino, preguntó si se trataba de una réplica:
“Eric se giró y dijo: ‘Vaya, ¿es esa una réplica de la vieja guitarra de Duane?’. Y Derek dijo: ‘No, esta es la guitarra de Duane’. Y Eric la tocó y quedó fascinado. Dijo: ‘No he visto esta guitarra desde que hicimos Layla.’”
Para Haynes, esta experiencia resume la magia de estos instrumentos antiguos. Aunque todas suenan un poco diferente, “casi siempre son fantásticas” y ofrecen una conexión tangible con los sonidos que definieron generaciones. Estas guitarras no solo son herramientas, sino cápsulas del tiempo que continúan inspirando a músicos como Warren Haynes a seguir explorando los límites del rock y el blues.
Visto en: www.guitarplayer.com