La comunidad del rock se encuentra de luto tras el reciente fallecimiento de Thommy Price, un baterista con una trayectoria monumental que se extendió por casi tres décadas como miembro central de Joan Jett and the Blackhearts. Price murió a la edad de 68 años, dejando atrás un legado rítmico que definió el sonido de algunos de los himnos más importantes del rock clásico y el punk.
La noticia de su partida fue confirmada por su esposa a través de una emotiva publicación en Facebook, la cual resonó profundamente entre fans y colegas de la industria.
«Esposo devoto y orgulloso padre, Thommy fue un baterista y compositor con una fuerza imparable. Su extraordinaria carrera abarcó décadas, actuando y grabando con algunos de los artistas más icónicos del rock», rezaba la publicación. «Su energía, amabilidad, humor y ritmo inigualable dejaron una marca indeleble en todos los que lo conocieron y en cada escenario que pisó».
Una base rítmica para los blackhearts
Aunque su carrera profesional comenzó mucho antes, la asociación de Price con Joan Jett y su banda, the Blackhearts, fue la más duradera y significativa. Thommy se unió al grupo en 1986, justo a tiempo para la grabación de su quinto álbum de estudio, Good Music. Su llegada supuso una inyección de energía fresca a la banda, ayudando a solidificar su sonido en la segunda mitad de los años 80 y más allá.
Price mantuvo su puesto durante 30 años, participando en un total de ocho álbumes de estudio antes de su partida en 2016. Su estilo, que combinaba la fuerza del rock duro con la precisión y el groove, fue esencial para mantener la identidad punk y garage que caracteriza a Joan Jett, incluso mientras la banda navegaba por los cambios del panorama musical.
La banda expresó su dolor públicamente, destacando la profunda conexión que mantenían:
«Hemos perdido a un miembro de la familia Blackheart: el inigualable Thommy Price. Fue un baterista de bateristas y admirado por muchísimos. Nuestros corazones están apesadumbrados. Enviamos amor a su hermosa familia. Te queremos, Thommy».
El sello punk en «rebel yell»
Antes de forjar su larga carrera con Jett, Thommy Price dejó una marca indeleble en el debut en solitario de Billy Idol. Price tocó en el álbum homónimo de Billy Idol en 1983, pero su contribución más recordada con el ícono del punk rock fue en el álbum de 1984, Rebel Yell. Este disco se convirtió en un pilar del rock de los 80, catapultando a Idol al estrellato global con éxitos como «Eyes Without a Face» y la canción principal.
El propio Billy Idol reconoció la importancia del trabajo de Price en la producción del álbum:
«Un músico y baterista fantástico que puso su sello definitivo en mi álbum Rebel Yell y nos ayudó a llevarlo a una conclusión monumental. ¡Un verdadero amigo!», compartió Idol. El sonido poderoso y a menudo explosivo que Price aportó a Rebel Yell ayudó a definir la transición de Idol del punk británico al hard rock más pulido y comercialmente exitoso de la MTV era.
Un legado más allá de las estrellas del rock
Aunque es más conocido por su trabajo con Jett e Idol, Thommy Price fue un verdadero pilar del rock neoyorquino y un músico de sesión extremadamente solicitado. Su versatilidad lo llevó a colaborar con una lista impresionante de leyendas del rock a lo largo de los años. Su capacidad para adaptarse a diferentes géneros sin perder su característica fuerza percusiva lo hizo invaluable.
Entre los artistas con los que colaboró se encuentran iconos de la talla de Roger Daltrey (vocalista de The Who), la carismática Debbie Harry de Blondie, Ronnie Wood de los Rolling Stones, los pioneros del hard rock psicodélico Blue Öyster Cult, y el guitarrista virtuoso Steve Lukather de Toto. Cada colaboración se benefició de su habilidad para encontrar el ritmo perfecto que necesitaba la canción.
Price también tuvo su propia banda con sede en la ciudad de Nueva York, demostrando que su talento no se limitaba a ser un acompañante, sino que también era un líder creativo por derecho propio. Su carrera es un testimonio de la dedicación y la pasión por la música que se mantuvo viva hasta el final, inspirando a incontables músicos que soñaron con el poder y la precisión que él demostraba tras el kit de batería.
Su huella en la historia del rock ‘n’ roll, marcada por casi tres décadas de lealtad a los Blackhearts y contribuciones fundamentales a algunos de los álbumes más icónicos de los años 80, asegura que el poderoso ritmo de Thommy Price seguirá sonando por mucho tiempo en el corazón de los amantes del género. Descansa en paz, leyenda del rock.
Visto en: ultimateclassicrock.com