Fender, fiel a su compromiso con la nostalgia y la innovación, continúa ampliando su prestigiosa serie American Vintage Amplifier. Tras darle recientemente un atractivo aire vintage Tweed a su cabina Tone Master FR-12, la marca californiana nos presenta ahora su última joya: el Super 62. Este amplificador no es solo una adición a la línea, sino una declaración de intenciones, prometiendo capturar la esencia de dos de las eras tonales más veneradas en la historia de la compañía: el sonido crudo y saturado de los amplificadores tweed de la década de los 50 y el tono limpio y cristalino de mediados de los 60 (la era Blackface).
El Super 62 se posiciona como el punto intermedio ideal, ofreciendo, según Fender, un “sonido limpio cálido y leñoso junto con una dulce saturación cuando se le exige al máximo”. Esta dualidad sónica lo convierte en un caballo de batalla extraordinariamente versátil, capaz de satisfacer tanto a los amantes del blues tradicional como a aquellos que buscan el headroom inmaculado característico del surf o el funk de la década siguiente.
Potencia, válvulas y el alma del tono
Para lograr esta combinación mágica de tonos, Fender ha apostado por un diseño de circuito robusto y clásico. El Super 62 está impulsado por un par de válvulas de potencia 6L6, que entregan unos sólidos 40 vatios. Las 6L6 son conocidas por su tono robusto, graves firmes y la capacidad de mantener el control incluso a volúmenes altos, lo que las hace perfectas para el sonido limpio de la era Blackface.
Esta potencia se canaliza a través de altavoces duales Celestion Custom Design de 10 pulgadas. La elección de Celestion en lugar de los tradicionales Jensen o Eminence de estilo americano es notable, sugiriendo una personalización cuidadosa para asegurar que los altavoces puedan manejar la complejidad tonal requerida para fusionar la compresión y calidez del tweed con la brillantez del Blackface. El corazón de preamplificación está gestionado por seis válvulas 12AX7, el estándar de oro para la ganancia de preamplificación en la mayoría de los amplificadores de tubo modernos y vintage.
Un detalle crucial que contribuye al carácter orgánico y vintage del amplificador es la válvula rectificadora 5AR4. La rectificación por válvula es esencial para producir el famoso “sag” o compresión dinámica: una ligera caída de voltaje cuando el amplificador es golpeado con fuerza, lo que resulta en una sensación de respuesta más lenta y una saturación más musical y táctil, un rasgo distintivo de los amplificadores de los años 50 y principios de los 60.
El tremolo armónico: un lujo sónico
Además de sus cimientos tonales, el Super 62 incluye una característica que a menudo se reserva para los amplificadores Fender más lujosos y buscados: un trémolo armónico con cambio de fase. Este tipo de trémolo, que se encuentra típicamente en los modelos Brownface y algunos Blackface de principios de los 60, no solo modula el volumen como lo hace un trémolo estándar, sino que divide la señal en frecuencias altas y bajas, modulándolas ligeramente fuera de fase. El resultado es un efecto de profundidad y riqueza que ha sido descrito por muchos músicos como un “trémolo de vibrato”, que añade una “rica dimensión a cualquier sonido”.
El control sobre este efecto es minucioso, ya que está disponible en el Canal 2 del amplificador. Este canal específico incluye controles dedicados de Speed (Velocidad) e Intensity (Intensidad), permitiendo a los músicos esculpir con precisión la pulsación y la profundidad del efecto, desde un temblor sutil hasta un oleaje sonoro dramático.
Diseño y conectividad
El Super 62 presenta dos canales independientes, algo fundamental para gestionar la dualidad tonal que promete. Ambos canales vienen equipados con controles clásicos de Volume, Treble y Bass. Esta simplicidad en los controles de tono asegura que el músico pueda marcar rápidamente su sonido, confiando en la calidad inherente del circuito de válvulas.
Además de los controles de canal, el Super 62 cuenta con un control maestro de Presence. Este control actúa sobre las frecuencias más altas en la etapa de potencia, lo que permite al usuario añadir brillo y definición al tono general, ayudando a que el amplificador se abra paso en la mezcla sin sonar áspero o estridente.
La funcionalidad se completa con un footswitch de un solo botón incluido, permitiendo la conmutación de canal o la activación/desactivación del trémolo, facilitando su uso en presentaciones en vivo.
Aunque el mercado de amplificadores ha visto un auge en los modeladores digitales, Fender sigue demostrando que el sonido de las válvulas reales sigue siendo irremplazable para muchos. El Super 62, con su diseño meticuloso y componentes premium, tiene un precio de lanzamiento de 2499.99 $ / 2,439 £. Esta inversión sitúa al Super 62 en la gama alta de los combos, dirigiéndose a profesionales y entusiastas que buscan el sonido auténtico de la era dorada de la amplificación americana.
Visto en: www.guitar.com