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Richie Faulkner habla de su salud y giras con Judas Priest

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La vida en la carretera para una leyenda del heavy metal como Richie Faulkner, el talentoso guitarrista de Judas Priest, no es fácil, y mucho menos después de haber enfrentado dos emergencias médicas potencialmente mortales: un aneurisma aórtico y un ictus (accidente cerebrovascular) en los últimos años.

Recientemente, Faulkner ofreció una actualización franca y detallada sobre cómo maneja sus problemas de salud mientras se mantiene activo, tocando en estadios llenos alrededor del mundo. Su testimonio, ofrecido en una entrevista con la estación de radio Q105.7 de Albany, Nueva York, revela una rutina de cuidado personal que es tan rigurosa como cualquier ensayo de banda.

La dura realidad: medicación y daños colaterales

Cuando se le preguntó sobre su rutina para prepararse para los shows de Judas Priest, Faulkner admitió que, aunque afortunadamente no tiene que hacer nada demasiado pesado en términos de ejercicios cardíacos, la parte más difícil a menudo es simplemente recordar sus pastillas.

“Afortunadamente, no tengo que hacer nada demasiado pesado. Por suerte, solo tengo que acordarme de tomar mis medicamentos, cosa que he olvidado esta mañana. ¡Gracias por recordármelo! Esa es a veces la cosa más difícil.”

Sin embargo, la realidad de las secuelas del ictus y el aneurisma exige mucho más que una simple pastilla diaria. El músico reveló que el ictus le dejó un ‘daño colateral’ significativo en el lado derecho de su cuerpo, una complicación que requiere trabajo constante para mantener su coordinación y destreza.

Para contrarrestar esto, Faulkner no viaja solo. Judas Priest cuenta con un fisioterapeuta dedicado en la carretera con el que trabaja tres veces al día: una sesión matutina centrada en la coordinación, otra antes del espectáculo y una más después de haber bajado del escenario. Este enfoque metódico es esencial para asegurar que su mano derecha, su motor principal para tocar la guitarra, permanezca funcional y ágil durante las intensas actuaciones de la banda.

El milagro de la supervivencia

Para entender la resiliencia de Faulkner, es crucial recordar la gravedad de su incidente inicial. En septiembre de 2021, mientras actuaba en el festival Louder Than Life, el guitarrista sufrió una disección aórtica, una emergencia donde la capa interior de la aorta se desgarra. Estuvo tocando con una aorta rota, una condición que, en la mayoría de los casos, resulta fatal antes de que el paciente llegue al hospital.

Faulkner fue trasladado de urgencia a la cirugía y se sometió a una intervención cardíaca de 10 horas. Sobre ese momento, él ha comentado:

“Mi aorta se rompió y empezó a derramar sangre en la cavidad torácica. Por lo que me ha dicho mi cirujano, la gente con esto no suele llegar viva al hospital.”

Este milagro médico fue seguido por otra revelación: el ictus. A principios de este año, Faulkner compartió que poco después del aneurisma, los médicos encontraron daños en el lado izquierdo de su cerebro que afectaban el lado derecho de su cuerpo. El ictus había pasado desapercibido inicialmente, pero luego explicó muchas de las sensaciones extrañas que experimentaba en el escenario. Si bien, irónicamente, pudo bromear diciendo que afortunadamente no tocaba la guitarra con el pie, el daño a su mano derecha era una preocupación crítica.

Compromiso inquebrantable con el heavy metal

A pesar de las limitaciones físicas y el riesgo constante, Richie Faulkner está firmemente decidido a no ceder su puesto en Judas Priest. Su voluntad de seguir adelante es un testimonio de su amor por la música y sus fans.

Faulkner es consciente de su suerte. Como él mismo señala, “me considero afortunado de estar aquí hablando con ustedes”, y “hay mucha gente en el mundo con condiciones mucho más graves que las mías”. Su manejo de la salud ahora incluye restricciones dietéticas, como evitar el exceso de verduras de hoja verde debido a las interacciones con su medicación, algo que acepta con humor.

Aunque las secuelas físicas son reales y requieren un esfuerzo diario monumental, su compromiso con la creatividad y el rendimiento se mantiene intacto. “Todavía toco, todavía estamos escribiendo discos, todavía tocamos tan duro como podemos; eso no me afecta”, afirma. Sin embargo, su honestidad se extiende al costo emocional que la gira sigue teniendo:

“Pero salgo todas las noches pensando… A veces salgo del escenario y llamo a casa y digo: ‘No puedo hacerlo. No puedo hacerlo. No puedo hacerlo’.”

Este nivel de vulnerabilidad y sacrificio subraya la increíble determinación que Faulkner demuestra. El hecho de que continúe ofreciendo actuaciones de nivel mundial mientras gestiona una afección cardíaca crónica y daños cerebrales, asistido por fisioterapia constante, lo convierte en una de las figuras más inspiradoras del rock actual. Su historia es un poderoso recordatorio de que la fuerza y la pasión pueden superar incluso los desafíos de salud más aterradores.

Visto en: www.guitar.com

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