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David Gilmour: Pink Floyd nunca fuimos rock progresivo

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Una conversación sobre los titanes del rock rara vez está completa sin mencionar a Pink Floyd. Pero, tal como explica David Gilmour en una reciente y reveladora entrevista con Rick Beato, el legendario músico nunca estuvo realmente a gusto con la etiqueta de ‘rock progresivo’ que se les impuso. Para Gilmour y sus compañeros de banda, la creación musical era un proceso intuitivo que precedía a cualquier clasificación.

Gilmour insiste en que él y sus compañeros “nunca hablaron de estilo” mientras creaban la música que, de hecho, se convertiría en la piedra angular del género. De hecho, gran parte de su trabajo seminal se había realizado “mucho antes” de que el apodo de ‘progressive rock’ comenzara a circular en los círculos críticos y de fans. Esta declaración no solo es una anécdota histórica, sino que subraya la eterna tensión entre cómo los artistas se perciben a sí mismos y cómo la crítica los cataloga.

La aversión a las etiquetas musicales

En su conversación con Beato, Gilmour fue explícito sobre su desinterés por el término, sugiriendo que la etiqueta ‘prog’ implicaba una seriedad y una ejecución técnica que él no asociaba necesariamente con Pink Floyd.

“Nunca he hablado de rock progresivo, ni pensé que éramos, lo que sea, rock progresivo. Para mí, el rock progresivo son músicos muy, muy serios que realmente pueden hacer lo suyo”, explica Gilmour.

Esta visión puede sorprender a quienes crecieron venerando álbumes como The Dark Side of the Moon o Wish You Were Here. Sin embargo, Gilmour cree que su banda operaba en un plano diferente, menos enfocado en el virtuosismo y más centrado en la atmósfera y la ambición conceptual. Él mismo se describió, con humor, como un joven gruñón de 20 años que ya pensaba: “Nah, esos no somos nosotros”.

La idea de etiquetar la música, según Gilmour, se ha vuelto más esencial en la era moderna (y digital), pero es algo que a él personalmente no le atrae. Esta postura refleja una resistencia común entre muchos artistas veteranos que ven las clasificaciones de género como limitaciones impuestas por el mercado o por los seguidores, en lugar de reflejos genuinos de su proceso creativo.

Pink Floyd: ¿Prog o simplemente innovadores?

Aunque Gilmour rechace el término, la influencia de Pink Floyd en el rock progresivo es innegable. La banda, especialmente en su era post-Syd Barrett y con Roger Waters y Gilmour a la cabeza, expandió los límites de lo que un álbum de rock podía ser. Sus obras maestras no solo eran complejas musicalmente, sino que abordaban temas filosóficos y sociales profundos, utilizando efectos de sonido innovadores y estructuras de canciones que se extendían mucho más allá del formato pop estándar.

Mientras que bandas como Yes o King Crimson a menudo exhibían el virtuosismo técnico puro que Gilmour parece asociar con el ‘prog’ duro, Pink Floyd se distinguió por la arquitectura emocional de sus composiciones. Sus álbumes conceptuales son más viajes sonoros inmersivos que exhibiciones técnicas, lo que podría validar la sutil diferencia que Gilmour percibe. Ellos fueron progresivos en el sentido de ser pioneros, no necesariamente en el sentido de adherirse a un conjunto predefinido de reglas de composición.

La magia de la improvisación en “Comfortably Numb”

En el mismo diálogo, David Gilmour abordó otro tema fascinante para los fans: su enfoque del icónico solo de guitarra en “Comfortably Numb”. Este solo, a menudo citado como uno de los mejores de la historia del rock, es notablemente distinto en las grabaciones en vivo en comparación con la versión de estudio.

Gilmour explicó la razón detrás de esta variabilidad, revelando que en realidad nunca se ha aprendido el solo “clásico” de memoria. Para él, es un acto de improvisación constante:

“Para mí, es simplemente diferente cada vez. ¿Por qué querría hacerlo igual? ¿Sería más popular entre la gente que escucha si lo hiciera exactamente como el disco? ¿O prefieren que simplemente me desvíe hacia lo que se siente como lo correcto en ese momento? No lo sé. Sospecho que prefieren que sea real y que esté sucediendo, ¿sabes?”.

Esta perspectiva encapsula la mentalidad de David Gilmour: priorizar la autenticidad y el momento creativo sobre la repetición precisa. Su enfoque no solo explica por qué Pink Floyd trascendió las etiquetas de género, sino por qué sus actuaciones en vivo siempre se sintieron frescas y genuinas. Es un recordatorio de que, incluso en el rock más estructurado y conceptual, la chispa de la improvisación sigue siendo fundamental.

En definitiva, David Gilmour nos recuerda que las etiquetas son herramientas útiles para los oyentes, pero son cadenas para los creadores. Pink Floyd simplemente hacía música, y el hecho de que esa música definiera un género es un testimonio de su impacto, independientemente de cómo sus miembros elijan clasificarla.

Visto en: www.guitar.com

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