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Chuck Berry: anécdotas con Nils Lofgren y Bruce Springsteen

Chuck Berry, el padre del rock and roll, era conocido por su complejidad a la hora de trabajar con sus bandas de apoyo. A menudo utilizaba grupos locales para sus conciertos, dando a muchos artistas emergentes la oportunidad de adquirir experiencia tocando con una figura establecida. Pero, como muchos descubrieron, a Chuck le gustaba improvisar en el escenario sin avisar a la banda, creando momentos arriesgados para los músicos.

El encuentro con Nils Lofgren en American Hot Wax

Nils Lofgren, a diferencia de otros, no tuvo ese tipo de experiencia en sus primeros años. Sin embargo, sí tuvo un par de encuentros memorables con Berry una vez que se convirtió en un artista reconocido, incluyendo una actuación particularmente desastrosa con Bruce Springsteen y la E Street Band en una transmisión nacional.

El primer encuentro de Lofgren con Berry tuvo lugar alrededor de 1977 en el rodaje de la película American Hot Wax (1978). La película, sobre el legendario DJ Alan Freed, incluía actuaciones de leyendas del rock and roll como Jerry Lee Lewis y Screamin’ Jay Hawkins, además del propio Berry.

Art Linson, coproductor de la película y mánager de la banda de Lofgren, Grin, invitó a Nils al teatro donde se filmaba la actuación de Berry. Lofgren recuerda: “Art dijo: ‘Ven, quiero presentarte a Chuck’. Y yo pensé: ‘No necesito conocer a Chuck’”.

Lofgren describe el encuentro: “Chuck estaba en el escenario con su hermoso traje crema, esperando a que entrara la multitud. Probablemente mirando a las chicas, sobre todo”. Tras una breve y tensa presentación, Lofgren intentó romper el hielo haciendo una pregunta profesional: “Le dije: ‘Señor Berry, encantado de conocerle. ¿Qué tipo de guitarra está tocando últimamente?’”. La respuesta de Berry fue simplemente: “Hijo, toco una de seis cuerdas”.

En ese momento, Berry tocaba guitarras Gibson ES-355 semihuecas, un modelo que apreciaba tanto que fue enterrado con una de ellas.

El concierto para el Salón de la Fama del Rock and Roll

Casi 20 años después, Lofgren, entonces miembro de la E Street Band de Bruce Springsteen, volvió a encontrarse con Berry. Esta vez, estaba sobre el escenario, acompañándolo en su éxito “Johnny B. Goode” el 2 de septiembre de 1995 en el concierto para el Salón de la Fama del Rock and Roll, en el Municipal Stadium de Cleveland. Un evento televisado a nivel nacional de casi siete horas para celebrar la apertura del Salón de la Fama y Museo del Rock and Roll.

La actuación de “Johnny B. Goode” fue el comienzo de un espectáculo con cuatro generaciones de músicos, incluyendo a Little Richard, Aretha Franklin, The Kinks, The Allman Brothers Band, John Mellencamp, The Pretenders, Bon Jovi y muchos más. Aunque algo irregular, la actuación transcurrió sin problemas.

El final impredecible

Pero la imprevisibilidad de Berry no iba a desaparecer. Llegó al final de la noche, durante la canción de cierre, que según algunos informes, iba a ser su éxito de 1957 “Rock and Roll Music”.

Para entonces, el espectáculo llevaba casi siete horas en marcha. Los músicos en el escenario incluían no solo a Springsteen y la E Street Band, sino también al guitarrista G.E. Smith y a Chrissie Hynde de The Pretenders.

Berry comenzó a tocar sin anunciar qué planeaba. Lofgren recuerda: “Estaba tocando y cambiando de tono sin ser un líder de banda. Todos intentábamos seguirle. Recuerdo las caras de todos”.

La actuación fue tan mala que no existe ningún vídeo en el canal de YouTube del Salón de la Fama del Rock, aunque sí hay un vídeo de Lofgren explicando lo sucedido. “De alguna manera, después de un minuto o dos, cambia la canción de tono varias veces, solo para molestarnos. No puedo imaginar qué más pudo haber pasado”, cuenta Lofgren.

La anécdota concluye con Berry abandonando el escenario en pleno caos musical para subirse a un coche y marcharse. “Si eso no es rock and roll…”, concluye Lofgren.

A pesar de la caótica situación, tanto Lofgren como Springsteen lo tomaron con humor. “En el viaje en furgoneta de regreso al hotel, Bruce y yo estábamos riéndonos incontrolablemente de lo mal que sonamos todos”, dice Lofgren. “Era uno de esos momentos clásicos del rock con uno de nuestros genios creadores del género que no podía evitar meterse un poco con los músicos. Eso estaba integrado en él. Y aún así, no creo que nadie se diera cuenta, excepto nosotros”.

En definitiva, una anécdota que, a pesar del caos, se convirtió en una leyenda más del rock and roll.

Visto en: www.guitarplayer.com

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