El Eras Tour de Taylor Swift no fue solo una gira; se convirtió en un fenómeno cultural y un modelo de negocio analizado en todo el mundo. Su genialidad radicó en presentar su carrera no solo como una colección de canciones, sino como una crónica cronológica de su evolución artística, destacando cada álbum y cada ‘era’ distinta de su trabajo. Este concepto, que ha demostrado una resonancia masiva, nos lleva a preguntarnos: ¿Qué bandas o artistas del rock clásico podrían replicar este formato con éxito?
Para que una gira de ‘Eras’ funcione en el ámbito del rock clásico, se necesitan varios ingredientes cruciales: longevidad innegable, un legado influyente, una popularidad sostenida y, lo más importante, un catálogo musical que muestre claramente una evolución significativa a lo largo del tiempo. Además, para que la idea sea factible, los artistas deben seguir activos o al menos tener miembros vivos y capaces de girar. Hemos seleccionado cinco leyendas cuyas carreras están perfectamente segmentadas para un espectáculo que repasaría algunas de las épocas más grandiosas de la historia del rock.
Paul McCartney
Pocas figuras en la música han disfrutado de la longevidad y el éxito de Sir Paul McCartney. Un hipotético concierto de ‘Eras’ comenzaría de manera explosiva con su etapa en The Beatles. Esta sección tendría que cubrir la transición desde el sonido pop-rock inicial de su irrupción global hasta la fase psicodélica y experimental plasmada en discos esenciales como Rubber Soul, Revolver y Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band.
La cúspide de The Beatles podría cerrarse con material posterior del White Album y Let It Be. Imaginar la aparición de su viejo amigo Ringo Starr en esta sección sería la guinda del pastel, un momento de nostalgia pura para el público.
La gira continuaría con la era de Wings, un período crucial donde McCartney demostró que podía seguir creando éxitos masivos tras la disolución de la banda más grande del mundo. Temas icónicos de Band on the Run o Venus and Mars marcarían esta segunda fase. Finalmente, su producción en solitario ocuparía varias etapas, desde el sonido inicial de RAM y McCartney (donde exploró una faceta más íntima y experimental) hasta su material más reciente y centrado en el pop de las décadas posteriores. La única dificultad real con un show así sería, como apunta la fuente original, mantenerlo por debajo de las cuatro horas dada la inmensidad de su catálogo.
Rolling Stones
Al igual que McCartney, los Rolling Stones poseen uno de los catálogos más impresionantes y variados. Su ‘Eras Tour’ comenzaría lógicamente con sus inicios en el blues rock, la época de Brian Jones, que estableció las bases de su sonido. De ahí, el espectáculo haría una inmersión breve en su fase psicodélica, con material de Between the Buttons o Their Satanic Majesties Request.
El clímax del show llegaría con su época dorada, cubriendo la increíble racha de cuatro álbumes esenciales: Beggars Banquet, Let It Bleed, Sticky Fingers y Exile on Main St.. Este segmento sería un implacable asalto de hits, incluyendo “Sympathy for the Devil”, “Brown Sugar”, “Wild Horses” y “Tumbling Dice”. Pocas bandas pueden presumir de una secuencia de canciones tan devastadora. Tras este periodo, el foco se desplazaría a la llegada de Ronnie Wood en la década de 1970, analizando cómo su energía influyó en el sonido de la banda.
Aunque los años 80 fueron turbulentos —marcados por tensiones internas y algunos álbumes inconsistentes—, se podría destacar su capacidad de supervivencia y algún éxito como “Start Me Up”. El cierre honraría su impresionante legado desde los 90 hasta la actualidad, consolidando su estatus como La banda de rock and roll más grande del mundo.
Kiss
Si hay una banda con eras visual y sonoramente distintas, esa es Kiss. Aunque recientemente anunciaron su retiro, la idea de un regreso para un ‘Eras Tour’ es tentadora, dado que ya han roto promesas de despedida antes. El show comenzaría con sus humildes inicios en Nueva York, la génesis de su icónico maquillaje y el material de sus dos primeros álbumes, que rara vez tocan en vivo, lo que emocionaría a los fans más acérrimos.
La segunda era, la de su ascenso a la cima, se centraría en álbumes como Dressed to Kill y Destroyer, ofreciendo una ráfaga de éxitos como “Rock and Roll All Nite”, “Shout It Out Loud” y “Detroit Rock City”.
Un momento fascinante sería la inclusión de los álbumes solistas de 1978. La banda podría turnarse para interpretar selecciones clave, quizás culminando con un homenaje al material de Ace Frehley. La transición a la era sin maquillaje sería uno de los giros más grandes del show, cubriendo material de los 80 y principios de los 90. Sería un placer ver a músicos como Bruce Kulick haciendo una aparición especial. Y sí, aunque Music from ‘The Elder’ es infame, una interpretación emotiva de A World Without Heroes es la concesión que los fans del deep cut merecerían. El cierre, por supuesto, sería con un explosivo bis de “Rock and Roll All Nite”, la canción que por derecho propio debe terminar cualquier concierto de Kiss.
AC/DC
Un espectáculo de AC/DC que recorriera sus eras sería, sin duda, uno de los conciertos más ruidosos y emocionantes jamás montados. La sorpresa inicial podría ser la aparición del cantante original, Dave Evans, para tocar su primer sencillo, Can I Sit Next to You, Girl, antes de que el espectáculo se centrara en los icónicos años de Bon Scott.
Esta fase, en la que Brian Johnson honraría a su predecesor, incluiría clásicos ineludibles como “T.N.T.”, “Dirty Deeds Done Dirt Cheap” y el épico “Let There Be Rock”. La era Scott culminaría poderosamente con “Highway to Hell”. Al apagarse las luces, se rendiría tributo a su memoria y se prepararía el escenario para el siguiente acto.
El corazón enfático del show de AC/DC sería la era de Back in Black. Este es uno de los pocos casos en el rock donde se justificaría tocar un álbum completo de principio a fin, dada su importancia monumental. Canciones como “Hells Bells”, “You Shook Me All Night Long” y el tema principal harían temblar los cimientos del estadio.
A partir de ahí, la banda se adentraría en el material de los 80 y 90. Aunque el final de los 80 fue un período de declive en popularidad, el espectáculo recuperaría impulso con el inicio de su ‘era de regreso’ en 1990, marcada por The Razors Edge y el icónico “Thunderstruck”. La fase moderna presentaría éxitos del nuevo milenio como “Shot in the Dark” (de Power Up, 2020), demostrando que AC/DC sigue siendo una fuerza imparable del hard rock.
Genesis
Este es quizás el concepto más improbable de los cinco propuestos, debido a la despedida de la banda y los problemas de salud de Phil Collins, pero sería el más ecléctico en términos de evolución musical. La primera porción, la más anhelada por los fans progresivos, contaría con Peter Gabriel al micrófono. Sería un evento extraordinario, dado que Gabriel apenas toca material de Genesis en solitario. Escuchar al cantante original interpretando temas de álbumes fundamentales del prog rock como Foxtrot o The Lamb Lies Down on Broadway sería memorable.
Tras la salida de Gabriel, Collins tomaría el centro del escenario, marcando la era de transición. Esta fase incluiría material de A Trick of the Tail y Wind & Wuthering, mostrando cómo la banda se redefinió antes de abrazar el éxito pop. La siguiente era, iniciada con …And Then There Were Three… (1978), reflejaría su cambio a un sonido más accesible. Canciones como “Follow You Follow Me” darían paso a los éxitos de Duke y Abacab.
El segmento final se centraría en su pico comercial mundial, dominado por Invisible Touch (1986). Éxitos atemporales como “Throwing It All Away” y “Land of Confusion” inundarían el estadio. Aunque Genesis tuvo una breve última era con Ray Wilson, la propuesta ideal para un ‘Eras Tour’ sería un poderoso final con Collins y Gabriel reuniéndose, quizás con material de sus respectivas épocas, demostrando la vasta y compleja historia de una de las bandas más progresivas y exitosas del siglo XX.
Visto en: ultimateclassicrock.com

