La música está de luto. El aclamado cantautor británico Chris Rea, conocido mundialmente por el icónico clásico navideño Driving Home For Christmas, ha fallecido a la edad de 74 años. Su esposa, Joan, y sus dos hijas, Josephine y Julia, confirmaron la triste noticia, señalando que Rea murió “pacíficamente en el hospital… tras una breve enfermedad”.
A lo largo de una carrera que abarcó varias décadas, Chris Rea demostró ser una fuerza creativa inagotable. Nacido en Middlesbrough, Inglaterra, en 1951, lanzó un impresionante catálogo de 25 álbumes de estudio, navegando por géneros tan variados como el pop melódico, el rock y, su verdadera pasión, el blues. Con más de 30 millones de álbumes vendidos en todo el mundo, su influencia perdurará mucho más allá de la temporada navideña.
El legado de un bluesman inesperado
Aunque Chris Rea se convirtió en un rostro familiar en las listas de éxitos pop de los 80 y 90, su corazón siempre estuvo firmemente anclado en el blues. Rea comenzó relativamente tarde en la música, inspirado tras escuchar a artistas de blues de Delta y, notablemente, a Joe Walsh. Su voz profunda y rasposa, combinada con su característico estilo de slide guitar, le otorgó un sonido distintivo que lo separaba de sus contemporáneos.
Irónicamente, la mayoría del público lo conocía por baladas pop sofisticadas. A pesar de su éxito internacional con temas como Fool (If You Think It’s Over), que fue un gran éxito en Estados Unidos en 1978, y los éxitos europeos Let’s Dance, On the Beach y Josephine (dedicada a su hija), Rea a menudo expresó su frustración por ser encasillado como un artista de ‘easy listening’, cuando él se consideraba un músico de blues en esencia.
Su capacidad para fusionar la melancolía del blues con estructuras pop atractivas fue, de hecho, la clave de su éxito masivo. Álbumes como The Road to Hell (1989) y Auberge (1991) no solo consolidaron su estatus como una estrella de rock y pop, sino que también mostraron su madurez compositiva, abordando temas de la vida moderna, la carretera y la búsqueda constante de la tranquilidad.
La canción que lo definió y su historia
Es imposible hablar de Chris Rea sin mencionar Driving Home For Christmas. Aunque fue lanzada en 1988, la canción se ha convertido en una parte ineludible de la banda sonora navideña global, generando ingresos significativos año tras año y asegurándole un lugar eterno en las listas de reproducción estacionales. Sin embargo, la historia detrás de este alegre himno de la temporada es mucho más mundana y refleja la lucha de un artista en ascenso.
La canción fue escrita en 1986. Según varias fuentes, Rea y su banda se encontraban en plena gira y, debido a problemas financieros, no pudieron pagar un billete de tren. Tuvieron que conducir hasta Middlesbrough desde Londres en condiciones climáticas adversas. Mientras su esposa lo recogía, Rea miró por la ventana y la imagen de las luces de la carretera y el pensamiento del hogar dieron origen a la melodía y la letra. Lo que comenzó como un momento de frustración económica terminó transformándose en su legado más duradero y su mayor éxito comercial.
Batallas personales y resiliencia
La carrera de Rea estuvo marcada no solo por sus logros musicales, sino también por una serie de graves problemas de salud. A principios de la década de 2000, su vida dio un giro drástico cuando fue diagnosticado con cáncer de páncreas. En 2001, se sometió a una compleja cirugía para extirparle el páncreas, una experiencia que, según él, le hizo replantearse por completo su enfoque vital y creativo. Esta lucha lo impulsó a regresar a sus raíces, grabando álbumes de blues puro sin las presiones comerciales de la industria.
Sus problemas de salud continuaron. En 2016, Chris Rea sufrió un derrame cerebral. Este evento tuvo un impacto particularmente aterrador en su habilidad musical. Como se compartió en The Guardian, él describió el derrame como:
“un momento muy aterrador. Se me metió en la cabeza que mi percepción del tono se había ido con el derrame. Y costó mucho convencer a la gente de que no había nada malo en lo que estaba tocando.”
A pesar de estos reveses, Rea nunca dejó de tocar, demostrando una resiliencia admirable. Su vida fue un testimonio del poder de la perseverancia, tanto en la música como frente a la adversidad física. Su legado como compositor, guitarrista y, ante todo, como un verdadero bluesman, está asegurado. Dejó un hueco profundo en la escena musical, pero su voz ronca y sus melodías inolvidables resonarán por muchas Navidades más y en los corazones de sus millones de seguidores.
Visto en: www.guitar.com