La trayectoria de Jeff Beck, el guitarrista que redefinió el rock instrumental con su técnica innovadora y su habilidad para moldear el sonido, está intrínsecamente ligada a dos marcas icónicas: Gibson y Fender. Durante años, la imagen que predominaba era la de Beck empuñando una Les Paul, especialmente en sus inicios con The Yardbirds, o su inseparable Fender Stratocaster en su etapa más madura y experimental.
Sin embargo, una reciente y sorprendente revelación ha agitado el mundo de la lutería y el coleccionismo. Paul Reed Smith (PRS), el fundador de la prestigiosa marca de guitarras que lleva su nombre, ha afirmado que, en sus últimos años, Jeff Beck se había encariñado profundamente con una de sus guitarras eléctricas. Y ahora, Smith está desesperado por recuperarla.
Un arsenal de leyenda: Gibson y fender
Cuando pensamos en Jeff Beck y sus instrumentos, la mente viaja inmediatamente a la era dorada de las guitarras eléctricas. En The Yardbirds, Beck tocó la famosa Les Paul Yardburst de 1959, un instrumento que, tras su fallecimiento en enero de 2023, ha sido cedido temporalmente a figuras como Craig Ross (colaborador de Lenny Kravitz) y Marcus King. Posteriormente, su disco fundamental Blow by Blow (1975), producido por el mismísimo George Martin, estuvo marcado por el timbre oscuro y potente de su Les Paul Oxblood.
Aunque la Les Paul «significa negocio», como el propio Beck llegó a afirmar, su gusto evolucionó. El guitarrista se inclinó por la «infinita gama de colores» que le ofrecía la Fender Stratocaster, instrumento con el que estuvo profundamente asociado durante décadas y que fue esencial para su sonido característico basado en el uso magistral del vibrato y la palanca.
Por ello, la afirmación de Paul Reed Smith, de que Beck había girado secretamente hacia una PRS, es un giro inesperado que reescribe parte de la historia no contada del icónico músico.
La confesión de paul reed smith
Paul Reed Smith compartió la impactante información en una entrevista para la revista Guitar World. La revelación no solo valida la calidad de las guitarras PRS, sino que también subraya la naturaleza reservada de Beck respecto a sus preferencias personales de equipo.
Smith relató:
“La gente no lo sabe, pero Jeff Beck tenía una PRS en casa, y le encantaba. Me dijo que nunca lo verían con ella en público, pero la usaba para grabar.”
Este testimonio sugiere que, aunque Beck mantenía su imagen pública ligada a Fender y Gibson, en la privacidad de su estudio encontró algo especial en la comodidad y el tono de una PRS. Para Paul Reed Smith, la conexión de un músico del calibre de Beck, conocido por su selectividad y exigencia, es un testimonio invaluable de su trabajo.
A pesar de la trascendencia de esta anécdota, Smith se ha mantenido hermético sobre el modelo específico de PRS que Beck poseía. Las especulaciones entre los aficionados son muchas: ¿Se trataba quizás de un prototipo temprano de la guitarra signature de John McLaughlin? ¿Una joya de la Private Stock como una McCarty, conocida por su versatilidad? ¿O tal vez un modelo semi-hueco que complementara la expresividad de su técnica? Sin información adicional, el modelo exacto sigue siendo un misterio que solo la aparición de la propia guitarra podría resolver.
El enigma de la prs desaparecida
La importancia para Smith de recuperar este instrumento es evidente, ya que lo considera una pieza crucial tanto en la historia de su empresa como en el legado personal de Jeff Beck. Recientemente, se llevó a cabo una gran subasta de la colección de Jeff Beck, donde se vendieron algunas de sus piezas más preciadas. La Yardburst alcanzó la asombrosa cifra de 496.484 dólares, y el modelo Oxblood de 1954 batió récords, convirtiéndose en una de las Les Paul más caras jamás subastadas.
Sin embargo, la PRS de la que habla Smith estuvo notablemente ausente de esta subasta.
Smith explicó su frustración por no haber podido rastrear la guitarra a tiempo: “Hemos estado intentando recuperarla. No formó parte de la subasta de este año, pero sé que él amaba esa guitarra.” Esto plantea dos escenarios principales: ¿El instrumento salió de su posesión antes de su muerte o permanece aún en manos de su familia, quizás sin catalogar?
Además, esta búsqueda se entrelaza con otra noticia intrigante. En marzo, Mick Rogers, guitarrista de Manfred Mann’s Earth Band, afirmó poseer la última grabación de Jeff Beck. Rogers insinuó que la canción es poco probable que se publique. Si nos basamos en las palabras de Smith, cabe la posibilidad (aunque es pura especulación) de que Beck grabara esa pieza final utilizando la esquiva PRS, lo que añadiría un peso histórico inmenso a la guitarra.
Para Paul Reed Smith, la recuperación de esta PRS no es solo una cuestión de valor comercial, sino de preservar una conexión íntima con uno de los guitarristas más influyentes del siglo XX. Es un misterio fascinante que, con suerte, pronto revelará la verdad sobre el instrumento secreto del virtuoso.
Visto en: www.guitarplayer.com

