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Paul Stanley confiesa: algunas letras de Kiss ya no son apropiadas

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La icónica banda Kiss siempre ha estado rodeada de polémica, no solo por su maquillaje y pirotecnia, sino también por sus letras, a menudo cargadas de insinuaciones sexuales explícitas. Sin embargo, el «Starchild», Paul Stanley, ha admitido recientemente que el tiempo y la madurez han hecho que algunas de esas composiciones ya no le resulten apropiadas para su edad.

El escenario de esta revelación fue el evento Kiss Kruise: Land-Locked in Las Vegas. Durante una sesión de preguntas y respuestas moderada por Chris Jericho, se felicitó a la banda por incluir el «deep cut» «Take Me» del álbum Rock and Roll Over en el repertorio de su show la noche anterior. Fue entonces cuando Stanley abrió el debate sobre la lírica de Kiss.

La madurez del «Starchild» y el cohete en el bolsillo

Stanley confesó que le resulta extraño interpretar algunas de las letras que escribió en su juventud, reconociendo que la perspectiva cambia drásticamente con los años. La referencia directa fue el famoso pareado de apertura de «Take Me».

«Es realmente divertido porque algunas de nuestras canciones ya no son realmente apropiadas para la edad», comentó Stanley, refiriéndose a la pista y a su famosa estrofa inicial. «No podría imaginar escribir una canción hoy [con letras como] ‘Put your hand in my pocket, grab onto my rocket’. Un buen lugar para visitar, pero no me gustaría vivir allí».

Esta declaración subraya una interesante dicotomía en el mundo del rock clásico. ¿Hasta qué punto las bandas deben mantener la audacia y la irreverencia de su juventud, incluso cuando sus miembros superan la barrera de los 70 años? Para Paul Stanley, parece haber un límite personal autoimpuesto por la edad y la evolución pública.

En agudo contraste, su compañero de banda y bajista, Gene Simmons, demostró no tener ninguna preocupación al respecto. El «Demon» se mostró orgulloso de la naturaleza sin complejos y descarada de Kiss, ofreciendo una bochornosa y ruidosa interpretación de una línea del tema de 1984 «Burn Bitch Burn»:

«Voy a meter mi tronco en tu chimenea», coreó Simmons. El batería Eric Singer, ante tal demostración de incorregible bravuconería, solo pudo bromear: «Gene, eres como un Sócrates moderno». La respuesta de Simmons fue tan directa como siempre: «No me importa. Me amo a mí mismo».

La polémica de los «deep cuts»

Curiosamente, la misma noche en que Kiss deleitaba a sus fans más acérrimos con temas menos conocidos como «Take Me», «Love Her All I Can» y «Got to Choose», Paul Stanley había lanzado una crítica feroz contra la práctica de tocar los llamados «deep cuts».

Stanley argumentó su postura durante una clase de cocina que organizó como parte del evento en Las Vegas. Su opinión se basó en una mala experiencia personal reciente:

«Una vez fui a ver a una banda muy, muy grande, y lo que anunciaban para este show en particular era [que] iban a tocar todos los ‘deep cuts'», explicó Stanley. «Fue la cosa más jodidamente aburrida que he visto en mi vida. Honestamente, la razón por la que los cortes son profundos es porque no son populares, y no son tan buenos».

Esta postura puede resultar sorprendente, especialmente viniendo de una banda con un catálogo tan vasto y con una base de seguidores que a menudo anhela escuchar material que se sale del habitual circuito de éxitos («Rock and Roll All Nite,» «Detroit Rock City,» etc.). El concepto de «deep cuts» se asocia comúnmente con la satisfacción del fan de nicho, aquel que conoce y aprecia el arte de la banda más allá de lo comercial. Sin embargo, Kiss, especialmente en el contexto de su gira de despedida «End of the Road», está enfocado en ofrecer un espectáculo masivo y de máxima energía, y para Stanley, las canciones menos populares rompen ese ritmo.

La tensión entre complacer a los fans incondicionales y mantener la energía de una producción a gran escala es un desafío constante para las bandas legendarias. Stanley parece priorizar el impacto general y la experiencia del público mayoritario, lo cual tiene sentido para una banda que siempre ha funcionado más como un evento deportivo que como un concierto íntimo.

Kiss: Iconografía y legado lírico

La franqueza de Stanley sobre las letras explícitas refleja un cambio de sensibilidad cultural que ha tenido lugar desde los años 70 y 80, cuando Kiss y otros grupos de hard rock y glam rock basaban gran parte de su atractivo en una sexualidad desinhibida, a veces rozando lo misógino (aunque Kiss siempre sostuvo que sus letras eran lúdicas y consensuadas).

Canciones como «Take Me» o «Burn Bitch Burn» son reliquias de una época donde las metáforas fálicas y la provocación eran parte fundamental del género. Aunque Simmons abraza su papel de «Demon» incorregible que no se disculpa por el pasado, Stanley, como principal compositor de la banda junto a Simmons, siente la necesidad de distanciarse de la parte más juvenil de su obra lírica.

El debate, tanto sobre la idoneidad de las letras antiguas como sobre la inclusión de «deep cuts», demuestra que Kiss, a pesar de estar oficialmente en su gira final, sigue siendo un tema de conversación cultural relevante. Aunque Paul Stanley esté listo para retirarse de algunas de sus letras más atrevidas, el legado de la banda en el rock and roll permanece inquebrantable, incluso si su «cohete» ya no está tan dispuesto a salir a jugar en cada concierto. Este contraste entre el deseo de madurez lírica de Stanley y la resistencia de Simmons a envejecer musicalmente garantiza que el espectáculo y la controversia en torno a Kiss continúen hasta el último acorde de su «End of the Road» tour. (720 palabras)

Visto en: ultimateclassicrock.com

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