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El inesperado regreso eléctrico de Kiss en Las Vegas

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Kiss, la banda que redefinió el espectáculo de rock, volvió a encender los amplificadores y sorprendió a sus seguidores con un show eléctrico en Las Vegas, su primera actuación completa de este tipo en casi dos años, desde que concluyeron su monumental gira de despedida, End of the Road, en diciembre de 2023. Lo más notable: no hubo pirotecnia, no hubo plataformas elevándose al cielo y, lo más sorprendente, no hubo maquillaje.

Este inesperado concierto de 16 canciones, celebrado el pasado sábado por la noche, marcó un punto de inflexión. Si bien el público esperaba el grandilocuente espectáculo por el que Kiss es famoso, la banda demostró que su esencia va más allá de la pintura facial y las explosiones.

El regreso a lo esencial: solo rock and roll

La atmósfera fue diferente. Despojados de sus icónicos alter egos (The Starchild, The Demon, The Spaceman y The Catman), Paul Stanley (voz y ritmo) y Gene Simmons (bajo y voz), junto a Tommy Thayer (guitarra líder) y Eric Singer (batería), se presentaron como la poderosa banda de hard rock que siempre han sido en el fondo.

El líder Paul Stanley no perdió la oportunidad de bromear sobre la falta de parafernalia, justo a mitad del espectáculo:

«Sin maquillaje, sin bombas, seguimos siendo bastante jodidamente buenos, ¿verdad?»

Este enfoque más crudo y centrado en la música pareció ser una respuesta directa a la necesidad de revitalizar la experiencia Kiss después de años de adherirse estrictamente al formato de mega-gira. Aunque End of the Road fue un éxito financiero sin precedentes, también agotó el concepto visual que los hizo famosos. Ahora, con un regreso puntual, la banda se permite una libertad creativa que hacía tiempo que no exploraba.

Las joyas perdidas y el tributo a frehley

A pesar de que Stanley había comentado, en tono de humor durante una clase de cocina anterior al show, que la mejor manera de satisfacer a los fans era apegarse a los clásicos probados, el setlist en Las Vegas demostró lo contrario. Para deleite de los seguidores más acérrimos, Kiss desempolvó algunas «joyas profundas» (deep cuts) que raramente se escuchan en vivo. Canciones como «Take Me», «Got to Choose» y «Love Her All I Can» resonaron con una energía fresca, haciendo que el concierto se sintiera menos como una rutina de grandes éxitos y más como una celebración para los verdaderos conocedores de su catálogo.

Otro momento emotivo fue el sentido homenaje a Ace Frehley. El guitarrista principal, Tommy Thayer, no solo es el sucesor del legendario «Spaceman», sino un profundo admirador de su legado. Al finalizar la interpretación de «Cold Gin», Thayer rindió tributo tocando el icónico solo de la versión de «She» incluida en el álbum en vivo Alive!, un guiño directo que finalizó con su dedo apuntando al cielo, un gesto que en la mente de muchos fans se unía al momento de silencio con velas que la banda había dedicado a Frehley en un show acústico el viernes, en aparente alusión al fallecimiento del miembro fundador que, según reporta la prensa especializada, ocurrió el pasado octubre.

Invitado especial: bruce kulick

La noche se volvió aún más especial con la aparición de otro exguitarrista de la banda: Bruce Kulick. Kulick, quien estuvo en Kiss durante la era «sin maquillaje» de 1984 a 1996, se unió a la alineación para las dos canciones finales, cerrando el círculo de la nostalgia.

Su participación incluyó «Lick It Up» y la apoteósica «Rock and Roll All Nite». Durante «Lick It Up», la banda mantuvo la tradición que adoptaron en la gira de despedida: incluir el famoso solo instrumental de «Won’t Get Fooled Again» de The Who, inyectando un toque inesperado de rock clásico británico en su repertorio.

¿Qué significa este regreso después de la despedida?

Este inesperado show eléctrico plantea preguntas significativas sobre el verdadero final de Kiss. Cuando la banda se despidió oficialmente en el Madison Square Garden, no solo fue un concierto final, sino una transición hacia una nueva era: la de los avatares digitales.

Las ambiciones de Gene Simmons y Paul Stanley siempre han apuntado a la inmortalidad de la marca. Como Stanley ha declarado en múltiples ocasiones, el legado de Kiss debe trascender a sus miembros originales. La revelación de los avatares, creados por Industrial Light & Magic (ILM), prometía que el espectáculo continuaría en un formato futurista, permitiendo que la «máquina de Kiss» siguiera rodando indefinidamente.

Sin embargo, ver a los miembros humanos de vuelta en el escenario, en un formato despojado, sugiere varias posibilidades. Podría ser un breve interludio de entretenimiento para sus residencias en Las Vegas, o tal vez, un intento por parte de Stanley y Simmons de disfrutar de la música sin la presión de mantener el circo pirotécnico que conlleva una gira mundial.

La lista de canciones de la noche, que incluyó 16 clásicos incontestables, desde «Deuce» hasta «Detroit Rock City», confirma que, con o sin maquillaje, Kiss sigue siendo una de las fuerzas más potentes del rock and roll. Este regreso, aunque inesperado, es un recordatorio de que, a veces, un gran riff y una energía desenfrenada son la única pirotecnia que realmente se necesita.

Visto en: ultimateclassicrock.com

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