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Rob Turner (EMG) revela cómo Metallica impulsó su éxito

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En la reciente Guitar Summit celebrada en Mannheim, el cofundador de EMG, Rob Turner, se sentó con representantes de Thomann para desgranar los humildes inicios de su compañía. Lo que comenzó como un proyecto enfocado en la pureza del sonido de estudio terminó, de forma totalmente inesperada, convirtiéndose en la piedra angular del sonido heavy metal de los años 80 y 90.

El origen inesperado de EMG: Claridad para el estudio

Rob Turner confesó que el asalto al mundo del metal nunca estuvo entre sus planes iniciales. Su motivación era puramente técnica y orientada a la grabación profesional.

“The heavy metal thing was actually not my first intention,” admite Turner. “When we started making product, we were more into the studio sort of aspect of it – for cleanness of the signal.”

El propósito fundamental de las pastillas activas de EMG era ofrecer una señal de salida limpia y de baja impedancia, ideal para ser grabada directamente sin pérdida de calidad. Esto contrastaba con las pastillas pasivas tradicionales, cuya alta impedancia podía generar ruido o atenuación si el cableado era muy largo o si se grababa en un entorno menos controlado.

Además, Turner destaca que este diseño trajo consigo beneficios técnicos sorprendentes. “You didn’t have to ground the strings of the instrument anymore. It sounded the same wireless as it did through a cable. It was very predictable in that sense.” Esta consistencia y la eliminación de la necesidad de conectar a tierra las cuerdas eran ventajas enormes tanto para los ingenieros de estudio como para los músicos en directo que buscaban fiabilidad absoluta.

Pastillas activas vs. pasivas: ¿Por qué el metal necesitaba a EMG?

Mientras EMG se centraba en la perfección audiófila, el género del heavy metal experimentaba una explosión. Los guitarristas estaban buscando tonos más agresivos y saturados, utilizando amplificadores de alta ganancia. Sin embargo, había un problema inherente con las pastillas pasivas de alto rendimiento de la época.

Como explica Turner, esa claridad y consistencia de las EMG resultaron ser irresistibles para la escena metalera en crecimiento. “The heavy metal crowd adopted it because I believe the cleanliness was part of a necessity,” afirma. La ganancia extrema tendía a hacer que los humbuckers pasivos sonaran ‘fangosos’ o ‘embarrados’ (muddy), especialmente cuando se trataba de mezclar varias pistas de guitarra o de ejecutar riffs rápidos y articulados.

“The passive humbuckers were a little too muddy. And when you wanted to mix them in, it was very difficult to find a spot in the mix. And we just happened to become a part of it. It was not an intention by any means.”

Las pastillas activas de EMG (que utilizan bobinas de baja vuelta combinadas con un preamplificador alimentado por batería) ofrecían una salida potente sin sacrificar la articulación. Esto significaba que, incluso con niveles de distorsión monstruosos, las notas individuales y el palm muting se mantenían definidos, un requisito vital para el thrash metal en desarrollo.

El encuentro fortuito con Kirk Hammett y metallica

Ese ascenso inesperado a la prominencia se consolidó gracias a un encuentro fortuito con uno de los nombres más grandes del metal. El fundador de EMG recuerda vívidamente el momento en que Kirk Hammett, el guitarrista principal de Metallica, se puso en contacto.

“Kirk [Hammett] was the first one to actually… he called up and said that he wanted to do an instrument, but I had no idea who he was. I don’t think he knew who he was, actually,” recuerda Turner entre risas.

Según Turner, Metallica ni siquiera tenía un contrato discográfico asegurado en ese momento, sino que estaban en el proceso de buscarlo. “He was in a band and they were trying to get a record deal and all of that,” dice. Hammett se presentó con un instrumento peculiar: “But he had this purple Stratocaster that he brought up… it had two single coils and a humbucker in it, and we just simply, you know, did an installation for him while he waited. He took it back with him, and it kind of went from there.”

Un legado sónico que definió el thrash metal

Esa modesta instalación de pastillas fue el punto de inflexión. A finales de los 80 y principios de los 90, los modelos activos de EMG —especialmente el icónico EMG 81 en la posición del puente, a menudo emparejado con el EMG 60 o 85— se convirtieron en el estándar de la industria del metal pesado. No solo Metallica, sino bandas como Slayer, Zakk Wylde, Pantera y Sepultura adoptaron el sonido de EMG para sus discos más influyentes.

La combinación de alto rendimiento, claridad quirúrgica y un funcionamiento prácticamente libre de ruido (una gran ventaja cuando se usan enormes cantidades de ganancia) cementó el lugar de EMG en la historia. Proporcionaron la herramienta sónica que permitió a los guitarristas de la nueva ola del heavy metal expresar la velocidad y complejidad de sus riffs, algo que sus predecesores con pastillas pasivas no podían lograr con tanta precisión en el contexto de un sonido moderno. Este es un recordatorio fascinante de cómo la innovación, incluso si está orientada a un nicho (el estudio), puede ser adoptada y redefinida por una subcultura completamente diferente, cambiando para siempre el panorama musical.

Visto en: www.guitar.com

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