Steve Morse, conocido mundialmente por su increíble virtuosismo y su larga trayectoria como guitarrista de Deep Purple y fundador de Dixie Dregs, se enfrenta a una de las batallas más difíciles de su carrera: el avance implacable de la artritis en su muñeca derecha, la mano encargada del ‘picking’.
Este desafío físico ha llevado al legendario músico a un punto de inflexión. Si bien acepta que sus días de giras intensivas están contados, Morse está moviendo cielo y tierra para reescribir las reglas de su propio estilo y prolongar su tiempo sobre los escenarios. La determinación es palpable, pero la incertidumbre es una compañera diaria.
El precio de la excelencia técnica
Morse, cuya técnica siempre ha sido sinónimo de precisión milimétrica y velocidad asombrosa —fruto de décadas de práctica intensa—, cree que su condición actual es el resultado directo de lo que él llama “practicar unas 10.000 notas al día durante décadas.” El diagnóstico es severo: ha perdido el cartílago en la muñeca de su mano derecha. Esta falta de amortiguación hace que cada movimiento de púa sea una fuente potencial de dolor e impedimento.
La artritis en las manos es una condición común entre los músicos, especialmente aquellos que han dedicado horas extenuantes al desarrollo de técnicas exigentes. En el caso de Steve Morse, su estilo característico, que combina la complejidad del rock progresivo con la limpieza del jazz y el bluegrass, ha ejercido una presión continua sobre sus articulaciones.
A pesar de haber consultado a médicos, incluyendo a un especialista en deportes que, según reportó el propio Morse en el pasado, se rió de la magnitud del daño, el guitarrista sigue firme. Su genialidad no solo reside en su ejecución musical, sino ahora también en su capacidad para innovar biomecánicamente.
El desafío no es solo físico, sino profundamente mental y profesional. Morse es un artista que siempre ha priorizado la excelencia. En una entrevista con MusicRadar, expresó la frustración que acompaña a esta nueva realidad:
“Cuando digo que haré algo, estoy acostumbrado a hacerlo, y a hacerlo excelentemente. Ahora mismo, no lo sé.”
La imprevisibilidad del dolor es su mayor enemigo. “No sé qué va a pasar: Cuando despierte, ¿podré mover mi mano o no? Hasta ahora, he podido. Hasta ahora, he podido cumplir con cada concierto. Pero no sé,” comenta. La artritis ya le impide ejecutar ciertos pasajes complejos, como la sección C de «Tumeni Notes», que requiere un cruce de cuerdas extremadamente rápido que su muñeca ya no permite. Este tipo de barreras técnicas son particularmente frustrantes para un virtuoso que ha cimentado su carrera en la superación de límites.
Adaptación radical: redefiniendo el ‘picking’
La técnica de púa de Steve Morse (alternada o alternate picking), famosa por su eficiencia y limpieza incluso a altas velocidades, ha requerido una revisión total. El guitarrista se ha visto forzado a desarrollar múltiples métodos nuevos para sostener la púa y ejecutar los ataques, dependiendo del nivel de dolor que experimente en tiempo real.
“He tenido que idear nuevas formas de puntear, varias formas nuevas, porque diferentes huesos en mi articulación tienen diferentes niveles de dolor cuando cambio el ángulo,” explica Morse, quien actualmente se encuentra de gira con la Steve Morse Band. Durante los conciertos, el público puede observar cómo cambia constantemente su postura y agarre, un proceso que él mismo debe practicar rigurosamente.
Esto implica experimentar si debe doblar el brazo o puntear desde el codo. Es un esfuerzo titánico que subraya su pasión inquebrantable por la música. Como él mismo reflexiona, “Tienes que querer tocar mucho, mucho, mucho para lidiar con el avance de la artritis.” La voluntad de seguir tocando, incluso ante el dolor crónico, es un testimonio de su dedicación al arte.
Un legado musical imborrable
Para aquellos menos familiarizados con la trayectoria de Morse, es fundamental recordar su enorme influencia. Antes de su larga e icónica etapa con Deep Purple (convirtiéndose en su guitarrista con más años de servicio) y su posterior regreso con Steve Morse Band, Morse fue un pionero en la fusión de rock, jazz y country con Dixie Dregs. Su habilidad para saltar entre géneros con total fluidez y su desarrollo del ‘cross-picking’ lo establecieron como un virtuoso de culto, influyendo a generaciones de guitarristas técnicos.
Incluso en un punto, Morse se retiró temporalmente para ejercer como piloto de aerolíneas comerciales, una carrera que demostraba su meticulosidad y enfoque profesional, características que luego lo trajeron de vuelta a la música, primero brevemente con Lynyrd Skynyrd y luego con Deep Purple, donde revitalizó el sonido de la banda durante casi tres décadas.
El futuro y el álbum «triangulation»
A pesar de los desafíos físicos, el futuro de Morse no es silencio. El músico se está preparando para el lanzamiento de un nuevo álbum de Steve Morse Band, Triangulation, su primer disco ‘en solitario’ desde 2009 y su primer lanzamiento tras dejar Deep Purple en 2022. Su salida de la banda británica se debió, en parte, a la necesidad de cuidar a su esposa, Janine Morse, durante su batalla contra el cáncer.
Lamentablemente, Janine falleció, y el álbum incluye una pieza profundamente personal, “Taken By an Angel,” que creó en colaboración con su hijo Kevin. La canción, estrenada en el funeral de Janine, ha sido un momento de catarsis y tributo.
Morse confiesa sobre este nuevo territorio emocional en su composición:
“Esa canción es un territorio nuevo para mí. Fue creada para el servicio conmemorativo de mi difunta esposa, con mi hijo Kevin tocando conmigo. Hizo llorar a mucha gente porque Janine fue una parte enorme de mi vida y mi carrera.”
Janine era una figura conocida y querida entre los seguidores, siendo «la cara sonriente que abría los CDs para que yo firmara, vendía camisetas, escuchaba las historias de la gente entre la multitud y tomaba fotos para las visitas VIP.»
La aceptación de que el «trabajo duro de las actuaciones» está terminando se mezcla con la esperanza. Morse planea seguir escribiendo y, posiblemente, actuando con apoyo de otros músicos. Ve un futuro en el que su creatividad puede florecer, incluso si su cuerpo le exige modificar la forma en que entrega su arte.
Su filosofía, resumida en su mentalidad de “manitas,” es clara: no acepta que algo esté roto sin intentar arreglarlo. “Desarmaré las cosas y las reconfiguraré. Haré que funcione de alguna manera. Y así es como me siento acerca de mi forma de tocar. Está rota, pero voy a encontrar una manera,” concluye Steve Morse, demostrando que la verdadera maestría reside no solo en la velocidad, sino en la resiliencia y la inquebrantable voluntad de un músico por seguir creando.
Visto en: www.guitarplayer.com

