Justin Hawkins, el carismático líder de la banda The Darkness, es conocido tanto por sus habilidades vocales como por sus opiniones audaces sobre la historia y el estado actual del rock. En una reciente conversación con el conocido productor y educador musical Rick Beato, Hawkins lanzó una afirmación que ha generado debate en la comunidad guitarrística: si solo hubiera nacido diez años antes, Nuno Bettencourt de Extreme habría sido un contendiente directo y formidable para el mismísimo Eddie Van Halen durante la edad de oro del shredding.
La tesis central de Hawkins es que el timing, o la falta de él, impidió que Bettencourt recibiera el reconocimiento masivo que merecía su virtuosismo en el contexto de los titanes de la época.
El factor tiempo: ¿un rival para eddie van halen?
Extreme alcanzó su pico de fama a principios de los noventa, justo cuando la marea del glam metal de los ochenta empezaba a remitir ante el empuje del grunge y el rock alternativo. Aunque éxitos como ‘More Than Words’ les dieron reconocimiento mundial, irónicamente, su balada acústica opacó la bestialidad técnica que Bettencourt ofrecía en el resto de su repertorio.
Hawkins sostiene que el talento de Bettencourt era de tal magnitud que si Extreme hubiera emergido en el auge del glam metal ochentero, su guitarrista habría estado a la altura de los más grandes. En palabras de Hawkins, Nuno Bettencourt estaría:
“Compitiendo con Eddie Van Halen si fuera un poco más joven”.
La década de 1980 se caracterizó por las rivalidades épicas entre músicos: Malmsteen vs. Satriani, o Lynch vs. Vai. Justin Hawkins cree que este ambiente competitivo era vital para mantener la emoción en la música y lamenta que Nuno no haya podido ser parte de esa «maravillosamente tumultuosa década».
Nuno bettencourt: más allá de «more than words»
Para aquellos que solo conocen a Nuno Bettencourt por las baladas, la comparación con Eddie Van Halen puede parecer exagerada, pero el análisis del propio Hawkins se basa en la técnica pura. Nuno Bettencourt es, sin duda, uno de los guitarristas más técnicamente dotados de su generación. Su estilo se distingue por una fusión única de hard rock, funk (influenciado por su profundo sentido rítmico, a menudo utilizando un golpe de púa casi percusivo) y elementos de jazz.
Si bien Eddie Van Halen revolucionó el tapping y el uso del tremolo, Bettencourt desarrolló una técnica de tapping extremadamente limpia y un enfoque rítmico complejo que se evidencia en temas instrumentales como ‘Flight of the Wounded Bumblebee’ (un homenaje hiperveloz al ‘Vuelo del moscardón’ de Rimsky-Korsakov) o en la sofisticación de álbumes como ‘Pornograffitti’. Su habilidad para moverse entre la pirotecnia shredder y las complejas estructuras armónicas lo sitúan, efectivamente, en una liga de élite que trasciende las etiquetas del glam rock, incluso si su banda se formó en esa escena.
¿qué mató al glam metal? la teoría de hawkins y la banda nitro
Otro punto crucial de la discusión de Justin Hawkins fue su rechazo a la narrativa popular que culpa al grunge por el declive del glam metal. Aunque el grunge (representado por bandas como Nirvana y Pearl Jam) cambió drásticamente el panorama musical, Hawkins tiene una teoría diferente y más fascinante: el glam metal se autodestruyó al alcanzar un pico de extravagancia y técnica inalcanzable.
Hawkins señala a la banda Nitro como el punto de inflexión y la conclusión lógica —e insostenible— del género. Nitro era conocida por llevar el exceso al límite: Jim Gillette (el vocalista) presumía de un rango vocal increíblemente alto, capaz de romper copas, mientras que el guitarrista Michael Angelo Batio era famoso por su velocidad extrema y por tocar guitarras de doble y hasta cuádruple mástil simultáneamente.
Según Hawkins:
“Nitro… lo mató porque nadie iba a poder cantar más alto que Jim Gillette. Nadie iba a poder tocar tan rápido o tan ridículo como Michael Angelo Batio”.
Hawkins argumenta que esta escalada hacia lo imposible fue la «conclusión natural» del glam metal, y una vez que se alcanzó este nivel de absurdo técnico, el público y la industria sintieron que no había más que explorar en esa dirección. Esto, según él, significó el final para bandas más interesantes y menos extremas, como Extreme, quienes desafortunadamente se vieron arrastradas por el colapso del género.
La evolución del rock: cambiar o morir
A pesar de su nostalgia por las rivalidades de los ochenta, Justin Hawkins es enfático en que el rock no debe vivir en el pasado. Su banda, The Darkness, emergió con éxito en el nuevo milenio, demostrando que todavía hay espacio para el hard rock teatral, siempre que se adapte al presente.
En declaraciones previas a Kerrang!, Hawkins ya había dejado claro su pensamiento evolutivo:
“Se trata de llegar a cierta edad y darse cuenta de que el mundo está cambiando, y tienes que cambiar o te jodes, te quedas atrás. Y eso es el rock”.
Hawkins visualiza al rock actual como una figura de mediana edad que debe despertar y volverse relevante para las nuevas generaciones. Si bien es divertido debatir sobre quién habría sido el rival de quién hace décadas, Hawkins nos recuerda que la verdadera batalla del rock es su constante necesidad de renovación para evitar ser una mera reliquia histórica. El talento atemporal de figuras como Nuno Bettencourt debe ser valorado no solo por lo que pudo haber sido en los 80, sino por la influencia técnica que dejó en la música que se creó después, sin importar el cambio de década.
Visto en: www.guitar.com