Joe Bonamassa, el virtuoso del blues-rock y conocido coleccionista de guitarras vintage, no solo está constantemente inmerso en proyectos musicales y lanzamientos de instrumentos, sino que también tiene consejos muy claros para sus colegas músicos. Recientemente, el guitarrista compartió una pieza de sabiduría crucial para cualquiera que se suba al escenario a improvisar: la necesidad de «leer la sala» y comprender que el activo más valioso de un guitarrista no es siempre el equipo más grande y complejo.
Esta reflexión surge en el contexto de su decimotercera colaboración con Epiphone, un proyecto que busca recrear una de sus piezas más preciadas y raras: una Les Paul Custom de 1959. Pero mientras promocionaba esta joya, Bonamassa aprovechó para ofrecer una crítica constructiva a las actitudes obsoletas de las ‘estrellas de rock’ y la excesiva dependencia del equipo en situaciones informales.
La ética de la jam session: menos es más
El principal punto de Bonamassa es la humildad y la sencillez en el contexto de una improvisación o una aparición especial. Según explicó a Dinesh Lekhraj de Gibson Gear Guide, si te llaman para una jam de una sola canción, hay que evitar la extravagancia:
«Si te llaman [al escenario] para una jam, o te llaman para una canción, no debería haber un equipo técnico con una pedalera del tamaño de un Fiat. No necesitas un equipo de boxes de F1 para una jam de tres minutos».
Su consejo es simple y directo: «Simplemente conéctate, hombre. No estamos construyendo nuestras carreras aquí. Simplemente usa los controles de volumen y tono, y resuélvelo». Esta mentalidad no solo acelera el proceso de preparación, sino que fomenta una musicalidad más centrada en la interpretación y la interacción, en lugar de en la perfección tonal.
De hecho, esta es la actitud que el propio Lekhraj destaca en Bonamassa, al recordar cómo durante las grabaciones promocionales de Epiphone, Joe simplemente se conecta al amplificador disponible (en este caso, un Mesa/Boogie combo) y ajusta su sonido rápidamente, sin obsesionarse con los detalles menores. Si bien reconoce que un pedal básico como un Tube Screamer puede ser útil, insiste en mantener el minimalismo. El objetivo es hacer música por la música misma, no por la vanidad técnica.
El activo más valioso del guitarrista: el volumen
El bluesman profundizó aún más en la etiqueta escénica, señalando que en situaciones donde hay varios guitarristas, el verdadero secreto para un buen rendimiento colaborativo reside en un pequeño componente a menudo subestimado: el control de volumen de la propia guitarra.
«He estado en el escenario con cinco o más guitarristas muchas veces, ¿y sabes cuál es tu mayor activo? El control de volumen. Cuando alguien está tocando un solo y hay cinco guitarristas, no debería estar encendido».
Bonamassa enfatiza la necesidad de crear espacio sonoro. Si todos están tocando a todo volumen, el resultado es un caos sónico. Su regla es simple: hay que dejar aire para que el solista brille. La habilidad para retirarse y ofrecer soporte rítmico, y luego reincorporarse con impacto cuando le llega el turno, demuestra madurez musical y respeto. Compara los duelos de ego y volumen con las icónicas batallas de la película Crossroads (como el duelo entre Ralph Macchio y Steve Vai), afirmando que esos espectáculos «son tan poco atractivos de ver».
Solo hace una gran excepción a esta regla de modestia: cuando toca con el maestro Eric Gales. Bonamassa confiesa que en esos casos, la pelea musical se convierte en un espectáculo deliberado, una especie de circo P.T. Barnum, donde ambos saben que se están enfrentando en un duelo intenso que el público adora. Pero fuera de esos «espectáculos», el respeto por los demás músicos debe prevalecer.
La nueva Epiphone ’59 Les Paul Custom: Coleccionismo al alcance
Dejando a un lado el protocolo escénico, la razón inicial de la entrevista fue la presentación de su último modelo signature con Epiphone. Esta es la recreación de su Les Paul Custom de 1959, un instrumento históricamente muy raro.
La Les Paul Custom de 1959 es especial porque, en ese año, muy pocas salieron de la fábrica de Kalamazoo con un vibrato Bigsby y dos humbuckers, un tipo de configuración que Bonamassa valora enormemente. Su ejemplar original fue adquirido a una anciana en Pennsylvania, cuya familia no se daba cuenta de la rareza del instrumento. Bonamassa estima que «hay quizás 20 o menos [de estas variantes] en existencia».
A través de la línea Epiphone, Joe Bonamassa se ha propuesto consistentemente poner réplicas de sus preciados modelos vintage (que a menudo valen cientos de miles de dólares) al alcance de los músicos cotidianos. Este modelo de Epiphone ’59 Les Paul Custom, disponible por $999, continúa esa tradición, siguiendo el éxito de otras colaboraciones como la Copper Iridescent Les Paul Standard del año pasado.
La combinación de su fascinación por los instrumentos históricos y su enfoque práctico en la interpretación en vivo subraya un mensaje constante en la carrera de Bonamassa: el tono y el equipo son importantes, pero la dinámica, la musicalidad y, sobre todo, la etiqueta en el escenario, son lo que realmente define a un gran músico. Su consejo de usar el control de volumen es un recordatorio atemporal de que a veces, retirarse es la forma más ruidosa de hacerse escuchar.
Visto en: www.guitarplayer.com