Para Wolfgang Van Halen, pocos instrumentos poseen una carga emocional tan intensa como la Frankenstein de su padre. Esta icónica Stratocaster roja, negra y blanca no solo reescribió las reglas del rock, sino que ahora actúa como un conducto directo hacia el legado de Eddie Van Halen.
Construida y modificada por el propio Eddie a finales de los años 70, la Frankenstein es una de las guitarras más reconocibles de la historia de la música. Décadas después, sigue dando forma al sonido de Van Halen, ahora a través de las manos de Wolfgang en su proyecto Mammoth. En una reciente conversación con Guitar World sobre el próximo álbum de Mammoth, The End, Wolfgang explicó la profunda gravedad que siente cada vez que saca el instrumento.
El peso de la historia: Frankenstein en 5150
La Frankenstein no es solo madera y metal; es un artefacto de la historia del rock y un poderoso recuerdo personal. Para Wolfgang, manejar esta reliquia mientras graba es un acto de homenaje y un desafío emocional.
“Cualquier momento en que la tengo en mis manos… el simple hecho de poder sostener algo con lo que mi padre tuvo tanta historia es agradable, ya que mi padre ya no está”, comentó Wolfgang. “Es un poco agridulce, pero es algo agradable tenerlo en el disco conmigo. Creo que por eso intento sacarla en cada álbum.”
El sentimiento se amplifica aún más por la ubicación de la grabación: el famoso estudio 5150, el santuario personal que Eddie construyó y donde se concibieron algunos de los álbumes más fundamentales de Van Halen. El estudio 5150, cuyo nombre hace referencia al código policial de California para una persona mentalmente inestable, fue el laboratorio donde Eddie perfeccionó su sonido y técnica revolucionarios.
“Quiero decir, solo el hecho de que esté grabando en 5150 es suficiente”, añade el músico. “Pero como la Frankenstein es posiblemente uno de los instrumentos más famosos en la historia de la música, y no solo en lo que respecta a las guitarras… el peso emocional e histórico de todo es mucho. Casi tienes que dejarlo de lado y simplemente disfrutar el momento.”
La Frankenstein se hizo famosa no solo por su sonido, sino por su apariencia única y destartalada, que reflejaba la constante experimentación de Eddie. Originalmente una Stratocaster barata que Eddie modificó con piezas de diferentes guitarras, pastillas humbucker (una modificación inusual para una Strat en la época) y un sistema Floyd Rose, simboliza la innovación que caracterizó a su creador.
La evolución del sonido mammoth: La SA-126 al rescate
Aunque la Frankenstein tiene su presencia en The End, Wolfgang revela que la verdadera columna vertebral del álbum proviene de su propia guitarra distintiva: la EVH SA-126. Este modelo es fruto de la colaboración con Matt Bruck, técnico de guitarra de Eddie durante mucho tiempo, y el maestro constructor de EVH, Chip Ellis. Esta colaboración garantiza que, aunque sea un instrumento nuevo, lleva el ADN de la familia Van Halen en su diseño y funcionalidad.
La SA-126 es la manifestación de Wolfgang de su sonido moderno, equilibrando la potencia y el sustain necesarios para el hard rock contemporáneo con la comodidad de un instrumento versátil. El diseño semi-hueco (semi-hollow) de la 126 le confiere un tono único, distinto de las guitarras sólidas tradicionales.
“Tengo un ‘burst’ —creo que fue el segundo prototipo de la 126— y esa fue la columna vertebral de Mammoth II”, explica. “Prácticamente todo lo grabado en The End fue con la 126 Goldtop que tengo ahora, aparte de las partes de la guitarra Frankenstein. Ha sido muy divertido que este instrumento que Matt Bruck, Chip Ellis y yo armamos se haya convertido en el sonido definitorio de lo que Mammoth ha llegado a ser.”
Un legado amplificado: El estudio y el equipo
En cuanto a la amplificación, Wolfgang optó por la simplicidad y la familiaridad, adhiriéndose a un equipo que conoce y domina, lo cual es fundamental para capturar un sonido consistente y potente. Mantuvo su elección de amplificador fiel a la marca de la familia.
“Es bastante sencillo, y es lo que hemos estado usando en la gira”, señala Wolfgang. “Tengo el EVH 5150 III 6L6, y el específico que tengo en el estudio es el que utilicé para los espectáculos tributo a Taylor Hawkins [en 2022]. Y el gabinete, también.”
El EVH 5150 III 6L6 es un amplificador que, al igual que su guitarra, lleva el nombre de su padre, honrando el sonido de alta ganancia y articulación que Eddie popularizó. El hecho de usar el mismo equipo de los emotivos tributos a Hawkins añade otra capa de significado personal a las grabaciones de The End. Al combinar el pasado (Frankenstein) con el presente (SA-126) y utilizar el espacio sagrado (5150) y el equipo de la marca EVH, Wolfgang no solo está creando música; está activamente asegurando que el legado de Van Halen siga resonando en la nueva generación de rock. Es un equilibrio delicado entre honrar una leyenda y forjar un camino propio, una tarea que Wolfgang Van Halen parece dominar con maestría y sensibilidad.
Visto en: www.guitar.com