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Las últimas voluntades de Ozzy Osbourne: su visión sobre la muerte

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La noticia del fallecimiento de Ozzy Osbourne el pasado 22 de julio conmocionó al mundo del rock y el metal. Sin embargo, lo que muchos no sabían es que el legendario vocalista de Black Sabbath había pasado sus últimas semanas reflexionando profundamente sobre su propia mortalidad. Sus pensamientos, plasmados en extractos de sus próximas memorias, tituladas Last Rites (Últimos Ritos), ofrecen una visión íntima y conmovedora de sus deseos finales y de su aceptación del destino.

Ozzy, conocido como el Príncipe de las Tinieblas, no solo dejó una marca indeleble en la historia de la música, sino que también encaró la muerte con la misma franqueza que caracterizó toda su carrera. El libro, que tiene previsto su lanzamiento el 7 de octubre, revela cómo el artista veía su reciente concierto del 5 de julio en Villa Park, Birmingham, como su «último hurra» después de años lidiando con graves problemas de salud.

«Last Rites»: un testamento inminente

En el adelanto publicado por The Times, Osbourne es brutalmente honesto sobre el deterioro de su salud y la sensación de que el final estaba cerca. No era una queja, sino una aceptación tranquila, forjada tras años de batalla contra el párkinson y múltiples accidentes que afectaron su movilidad.

En sus propias palabras, la Muerte no era una extraña para él:

«La muerte ha estado llamando a mi puerta durante los últimos seis años, cada vez más fuerte. Y en algún momento voy a tener que dejarlo entrar».

Pero esta proximidad no le infundía miedo, sino que parecía haberle liberado de una carga que arrastró durante gran parte de su juventud. Reconoció que, aunque no estaba «listo para irse», había tenido una buena vida y se alegraba de no haber muerto prematuramente, como tantos otros compañeros de generación.

Este concierto en Villa Park, al que se refiere, fue un evento cargado de simbolismo. Aunque Black Sabbath tuvo su gira de despedida oficial, The End, en 2017, la reunión puntual que pudo haberse dado para este evento habría representado un cierre emocional para Ozzy en su ciudad natal, Birmingham. A lo largo de su vida, su deseo de actuar siempre superó sus impedimentos físicos, y este último show sirvió como una afirmación de su espíritu indomable.

El príncipe de las tinieblas y su lucha por la vida

Para entender la resignación de Ozzy en sus últimos días, es crucial recordar la saga de sus problemas de salud. En 2003, sufrió un accidente grave con un quad, rompiéndose una clavícula, ocho costillas y una vértebra en el cuello. Este accidente fue el catalizador de una serie de complicaciones ortopédicas que lo atormentaron durante las últimas dos décadas, requiriendo múltiples cirugías espinales.

Además, en 2020, reveló públicamente su diagnóstico de la enfermedad de Parkinson (específicamente la mutación PRKN 2). Esta condición neurodegenerativa afectó gravemente su capacidad para moverse y actuar. Las caídas, las cirugías, y la progresión del Parkinson hicieron que los últimos años de su vida fueran un constante desafío médico, forzándolo a cancelar giras y retiros del escenario.

A pesar de todo, la mente de Ozzy permaneció aguda, y su deseo de comunicarse y crear música no disminuyó. Colaboró con el productor Andrew Watt en sus últimos álbumes en solitario, Ordinary Man (2020) y Patient Number 9 (2022), demostrando que, incluso en la enfermedad, su vena artística se mantenía viva. Watt, de hecho, recordó que el día antes de su muerte, Ozzy estaba “normal”, y que aún existen grabaciones inéditas que podrían ver la luz, lo cual es un consuelo para sus millones de seguidores.

La sepultura final: en su hogar y sin cremación

Uno de los detalles más importantes que Ozzy compartió en Last Rites fue su explícita voluntad de no ser cremado. Había discutido con su esposa, Sharon Osbourne, la idea de ser enterrado junto a ella. Este deseo contrasta con la tónica moderna de la cremación y subraya la importancia que le daba a un lugar de descanso físico y compartido.

The Sun confirmó que sus deseos fueron respetados. Ozzy Osbourne fue sepultado en su patrimonio en Buckinghamshire, en un hermoso paraje junto a un lago. Una fuente cercana a la familia explicó: “Ozzy quería que su lugar de descanso final fuera en casa, y está enterrado en un hermoso punto junto al lago.” En su tumba, una corona de flores rezaba «Ozzy fucking Osbourne», un epitafio perfectamente irreverente y fiel a su imagen pública.

Este lugar de descanso es mucho más sobrio que el que había imaginado cómicamente en su autobiografía de 2009, I Am Ozzy. En aquel entonces, bromeó diciendo que quería un huerto de manzanos plantado encima de él y que su lápida debía decir:

«Ozzy Osbourne, nacido en 1948, muerto cuando sea. Le arrancó la cabeza a un murciélago.»

Si bien el famoso incidente del murciélago (ocurrido en 1982) siempre fue parte de su leyenda, su lugar de descanso final refleja una seriedad y una paz que a menudo se ocultaban tras su personaje de rockstar salvaje. La elección de su propia propiedad como morada final asegura que, incluso en la muerte, el Príncipe de las Tinieblas permanece cerca de su familia.

Un legado más allá de black sabbath

La influencia de Ozzy se extiende más allá de sus álbumes con Black Sabbath y su exitosa carrera en solitario. La misma noticia de su muerte desató una ola de recuerdos y homenajes por parte de otros músicos. Por ejemplo, el guitarrista Nuno Bettencourt (Extreme) compartió por qué había rechazado la oferta de Ozzy en los 90, a pesar de soñar con tomar el relevo del fallecido Randy Rhoads.

Otros músicos, como Richie Kotzen, recordaron sus audiciones con la leyenda, ilustrando la constante búsqueda de talento que Ozzy mantuvo a lo largo de su carrera. Su visión musical y su capacidad para identificar colaboradores brillantes (desde Randy Rhoads y Jake E. Lee hasta Zakk Wylde y, más recientemente, Andrew Watt) definieron su sonido post-Sabbath.

En última instancia, Last Rites no solo será un libro sobre su muerte, sino una reflexión sobre la vida que vivió. Ozzy tuvo el privilegio de enfrentar su final con lucidez, dejando un último mensaje al mundo: vivió intensamente, marcó la historia y, al final, encontró la paz en su propio hogar, rodeado por el amor de su familia y el reconocimiento global de su impronta como uno de los iconos más grandes y duraderos del heavy metal.

Visto en: www.guitarplayer.com

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