Conseguir un concierto con Ozzy Osbourne es el sueño de cualquier guitarrista, y Jimi Bell estuvo más cerca que la mayoría. En una nueva entrevista con Guitar World, Bell relata la audición que casi lo convirtió en el próximo guitarrista del Príncipe de las Tinieblas tras la salida de Jake E. Lee en 1987, compartiendo todo, desde el equipo que llevó hasta la surrealista cena en la que Osbourne comió de su plato de ensalada.
El llamado de Kramer
El viaje de Bell comenzó con una llamada de Kramer Guitars: “Estaba patrocinado por Kramer Guitars y Dennis Berardi, el presidente, me había tomado bajo su protección. Una mañana llamó para decir que Jake E. Lee había salido y que había enviado un vídeo mío a Sharon. De repente, tenía una audición, pero el problema era que tenía que volar ese mismo día.”
La audición
Ya familiarizado con los clásicos de Ozzy como I Don’t Know, Crazy Train, Flying High Again y Suicide Solution, Bell pasó el trayecto al hotel repasando su repertorio. Cuando llegó el momento de tocar, no necesitaba mucho equipo, ya que los amplificadores ya estaban instalados. “Solo tenía que llevarme a mí mismo y mi ecualizador Boss de 7 bandas para empujar el amplificador un poco más. Estoy bastante seguro de que era un Marshall JCM800”, recuerda. “La energía en la sala era intensa pero inspiradora.”
Bell explica que la primera ronda de audición fue con Randy Castillo y Phil Soussan, aunque el momento que más le marcó fue cuando Sharon Osbourne se sentó a ver su actuación. “La mayoría de los músicos pasaron por esa primera ronda. Sharon realmente se sentó a ver la mía, probablemente para ver si había desperdiciado billetes de avión. Le gustó lo que vio, y me dijeron que lo había hecho genial.”
Cara a cara con Ozzy
Al día siguiente actuó con el propio Ozzy: “Surrealista ni siquiera comienza a describirlo”, dice. “Salió excepcionalmente bien; estaba conectado con la banda y me mantuve fiel a la canción y al solo, pero añadí un poco de estilo único. Ozzy literalmente se inclinó delante de mi amplificador mientras tocaba.”
El guitarrista también hizo un solo propio, señalando que el ambiente en la sala era entonces “fuerte”. “Ozzy y Sharon me dijeron que la decisión estaba entre yo y Zakk. Cené con ellos en un restaurante elegante, ¡donde Ozzy comió de mi plato de ensalada con los dedos!
“Luego volví a su casa y estuve un rato, e incluso conocí a la hija mayor de Ozzy, Aimee”, continúa. “En ese momento, Zakk ya había empezado a trabajar con ellos, y creo que sus similitudes con Randy jugaron un papel importante en la decisión final.”
Sin arrepentimientos
Aunque no consiguió el trabajo, Bell mira hacia atrás la experiencia sin arrepentimientos. “No sé si alguna vez vio mi cinta; pero sé que Sharon sí lo hizo, y eso es lo que me metió en la sala. Más importante aún, Ozzy me vio en directo, a pocos centímetros de mi amplificador. Creo que ese momento dijo más que cualquier demo”, dice el guitarrista.
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