Eddie Van Halen, conocido por sus increíbles solos y riffs, es considerado uno de los guitarristas más destacados de todos los tiempos. En una entrevista de 1980 con Guitar Player, Eddie reveló el secreto detrás de su versátil estilo de tocar la guitarra. Originalmente entrenado como pianista clásico, Eddie aprendió que una rigurosa dedicación era la clave para dominar un instrumento. “Tenía un profesor ruso que no hablaba inglés y se sentaba con una regla listo para darme un golpe si cometía un error”, recordó.
Eddie bromeaba diciendo que sus habilidades para tocar rápido se debían a que “solían encerrarme en una habitación pequeña y me decían, ‘¡Toca rápido!’”. Sin embargo, está claro que sus habilidades fueron el resultado de una enseñanza estricta. “Esto comenzó en Holanda, y tanto mi hermano como yo tomamos lecciones. Luego, cuando llegamos a EEUU, mi padre encontró otro buen profesor. Básicamente, ahí fue donde desarrollé mi oído, aprendí teoría y moví mis dedos”, explicó.
A pesar de su formación clásica, Eddie llevó parte de su entrenamiento de piano a la guitarra. Aunque nunca se sentó a aplicar directamente lo aprendido en el piano a la guitarra, la influencia se manifestaba de manera psicológica. Un ejemplo de esto es su tema Spanish Fly, donde se nota el continuo tremolo de la mano izquierda. Eddie siempre aconsejaba seguir el instinto al tocar, asegurando que la esencia de su interpretación siempre estaba arraigada en el sentimiento.
Un nuevo mini-documental, The Journey of Frankenstein, ha sido lanzado para celebrar el viaje musical de Eddie a través de sus guitarras. Comenzando con su primera guitarra, una Teisco Del Rey de 40 dólares comprada a los 12 años, el documental sigue el desarrollo de su famosa Fender Strat modificada, Frankie. Eddie Van Halen nos recuerda que el talento no siempre es innato, sino que a menudo es el resultado de una dedicación incansable y una formación rigurosa.