Alice Cooper, el padrino del shock rock, ha tenido una carrera legendaria definida por la teatralidad y los éxitos. Pero su camino hacia la fama estuvo lejos de ser directo, y el mismísimo Jimi Hendrix fue fundamental para cambiar el destino de su banda a finales de los años 60, gracias a un simple pero crucial acto: conseguirles un mánager.
Antes de que Cooper (nacido Vincent Furnier) se convirtiera en un ícono, ya se codeaba con la realeza del rock en Los Ángeles. Compartió escena con The Doors y, de manera más peculiar, incluso vivió una temporada en una casa compartida con Pink Floyd. Sin embargo, fue una situación de vida mucho más precaria la que provocó este momento clave que aseguró el futuro de la banda.
El nacimiento de una alianza improbable
Corría el año 1968, y la incipiente Alice Cooper Band atravesaba serias dificultades financieras. En una entrevista con Professor of Rock, Cooper describió la dureza de su situación:
“En 1968, éramos tan pobres en Los Ángeles que vivíamos en el sótano de los Chambers Brothers en Watts durante los disturbios… Jimi Hendrix solía venir y todos fumaban hierba juntos, y nosotros salíamos de la bodega como ratas e hicimos eso.”
En este ambiente de pobreza y efervescencia cultural, se gestó la conexión que catapultaría a la banda. Jimi Hendrix compraba su marihuana a un joven llamado Shep Gordon, quien en ese momento era simplemente un chico de Nueva York que se dedicaba a vender drogas en el Landmark Hotel. Gordon no tenía ninguna ocupación legítima, lo que, según Hendrix, lo convertía en un blanco fácil para la policía.
“Jimi dice: ‘Sabes, van a arrestarte, hombre. Eres un joven. Tienes mucho dinero y no tienes una ocupación’”, relata Cooper. La solución de Hendrix fue instantánea y pragmática: “’Conozco una banda que necesita un mánager. Deberías ser un mánager.’”
Hendrix llevó a Gordon al encuentro con la banda en una habitación mítica, repleta de humo. Cooper recuerda la escena de la reunión de negocios más inusual de la historia del rock:
“Abrí la puerta y pensé que había una máquina de humo dentro. Caminé a través de esto, y allí estaban Jimi, Jim Morrison, Janis Joplin. Todos sentados, drogándose.”
Irónicamente, la sala estaba llena de tres futuros miembros fundadores del tristemente célebre Club de los 27: Jimi Hendrix, Jim Morrison y Janis Joplin, todos figuras que dejarían este mundo a una edad trágicamente temprana.
Shep gordon: de camello a leyenda de la gestión
A pesar del ambiente poco convencional, la decisión de Alice Cooper de contratar a Gordon fue inmediata. El momento definitorio llegó cuando Gordon, al salir de la humeante reunión, le entregó un puñado de marihuana a Cooper en una época donde esto era altamente ilegal en Los Ángeles.
“¡Ese es nuestro mánager!”, exclamó Cooper.
Al día siguiente, la banda estaba programada para firmar con Straight Records, el sello discográfico cofundado por Frank Zappa y Herb Cohen. Zappa, conocido por su ojo para el talento excéntrico y de vanguardia (como Captain Beefheart), se interesó por la teatralidad caótica de la Alice Cooper Band. Cuando llegaron, Gordon entró con ellos.
Cuando preguntaron quién era, Cooper respondió: “Oh, ese es nuestro mánager.” La incredulidad era palpable: “No tenías un mánager ayer.” A lo que Cooper simplemente replicó: “Sí, lo conseguimos anoche.”
Esta informalidad marcó el tono de una de las asociaciones más duraderas y exitosas de la historia del rock. Más de 55 años después, Shep Gordon sigue siendo el mánager de Alice Cooper, y el vínculo de confianza es tal que, según Cooper, todavía no tienen un contrato formal.
El camino hacia el éxito y el burnout
Aunque el primer álbum de la banda, Pretties for You (1969), no fue un éxito comercial, su suerte cambió con la llegada del productor Bob Ezrin. Ezrin, que se convertiría en un colaborador clave (trabajando también con Kiss y Pink Floyd), ayudó a moldear el sonido teatral y más pulido de Cooper.
Ezrin animó a la banda a reelaborar una pista de Pretties for You titulada “Reflected”, transformándola en el himno político paródico “Elected”, uno de los mayores éxitos de Alice Cooper. Bajo la tutela de Ezrin y la gestión de Gordon, la banda alcanzó la cima de su popularidad a principios de los 70.
Sin embargo, el ritmo implacable de la industria cobró su precio. La formación original, impulsada por el potente trabajo de guitarra solista de Glen Buxton, se disolvió a mediados de los 70.
“Cuando tuvimos a Bob Ezrin, todo se disparó”, explica Cooper. “Pero después de siete años, nunca nos tomamos un tiempo libre. Simplemente hicimos giras y giras. En aquellos días, hacías dos álbumes al año. Era normal porque si no lo hacías, alguien detrás de ti te iba a superar. Teníamos a Bowie pisándonos los talones. Así que hicimos dos álbumes al año, escribiendo estas canciones mientras estábamos de gira. La banda original simplemente se quemó.”
Aunque el guitarrista Glen Buxton falleció en 1997, su espíritu sigue influyendo en la música de la banda. En 2025, la banda se reunió para el álbum The Revenge of Alice Cooper, y el bajista Dennis Dunaway reveló que Buxton participó póstumamente, gracias a un riff redescubierto en una vieja cinta de casete que contenía una idea para una canción llamada “Astute Lobotomy”.
Tal como dijo el productor Bob Ezrin sobre la grabación de esa pieza: “Su espíritu estuvo en la sala con nosotros todo el tiempo. Creo que hablamos de él más que de cualquier otra cosa.” Un testimonio del poder del legado de estos pioneros del rock que, en 1968, solo necesitaban el empujón de una leyenda, Jimi Hendrix, para encontrar a su eterno aliado en Shep Gordon.
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